Los virtuales elegidos
Después
de las elecciones realizadas, todo volvió a la normalidad.
El
domingo electoral, mucho antes de que se cumpliera el tiempo para dar a conocer
los resultados, los candidatos estaban declarando su derrota.
Durante
los días siguientes al domingo electoral, las noticias fueron confirmando los
resultados y subrayando las diferencias frente a la segunda y tercera fuerza
electoral.
A
contrapelo de la tradición, ni el PRI ni el PAN expresaron inconformidad ni
invocaron al fraude como se ha hecho en anteriores elecciones. Morena las ganó
"de todas todas" en el país.
Por
esta razón, después de los comicios, se ven llenos de personas los pasillos,
corredores y patios de algunas casas particulares porque, el virtual diputado o
senador, o presidente municipal, o en las mismas oficinas del virtual Presidente
de la República, se han convertido en altar de peticiones.
Allí
se pueden encontrar a los que dejaron sus dos o tres velas encendidas por si
las moscas, y a los que apoyaron o se opusieron al candidato. La actuación de
todos estos es como si nada hubiera pasado. Su actitud es como la vida de los
japoneses: Se dice que tanto se parecen entre sí o que se confunden entre sí,
que las esposas aburridas pueden abandonar a sus cónyuges en cualquier esquina
y tomar del brazo al primero que cruce en su camino. Así que por la semejanza
entre ellos, nadie se percata de la sustitución, y no ha pasado nada.
Así
con muchos de los que andan tras el recién elegido: se confunden entre el resto
de perseguidores para el hueso.
El
lugar donde pisa el elegido, es insuficiente el espacio para ser vistos. Todo
el sitio se convierte en cofradía. Allí están rumiando muchos una humillante
espera con tal de conseguir la concesión, la indulgencia, o proponer la transa.
A los que nadie se imaginaba encontrar, ahí están tan gallardos, tan rectos,
tan dignos, hombres de negocios, contratistas, funcionarios, y una que otra damita
experta en la pesca de altura y caza de piezas mayores.
El
coronado recibe a sus diversos visitantes, y de todos escucha fervores y
juramentos apasionados. Acepta brazos y los corresponde educadamente, aunque de
manera clara, evita hacer compromisos, y algunos se retiran frustrados.
Dentro
de los visitantes están los que no tienen ojos para nadie, más que para el
señalado, y se muestran cuidadosos, circunspectos, en posición de conejo, que
es una actitud agazapada, aunque dicen que están ahí para saludar al amigo,
para informarle. Además, le insinúan, le sugieren, sustituyendo con los ojos lo
que, según ellos, no le pueden decir con la boca. Piensan que de esa manera
obtienen el victorioso crédito de inteligencia y de buen oficio político.
En
medio de todas estas tentaciones, los elegidos, dicen que quieren cambiar y
cambiar es lo que todos piden. Los virtuales diputados, presidentes
municipales, etcétera, lo prometen una y otra vez, aunque en la práctica
quedaremos decepcionados, engañados, pues como sabemos, el político así es:
tiende esperanzas que nunca va a cumplir, y esas promesas se van a diluir en
poco tiempo. Ya veremos si no es cierto.
Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio corro
horaciocorro@yahoo.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por participar