El Fiscal y sus agujeros marca ACME
La Fiscalía del Estado de Oaxaca,
nunca se imaginó tener los problemas que hoy tiene a causa de la saxofonista
María Elena Ríos Ortiz, quien fue quemada con ácido en la ciudad de Huajuapan.
Tanta importancia causó este caso en
las redes sociales, no el día de los hechos, el 9 de septiembre del año pasado,
sino tres meses después, cuando El Universal de Oaxaca, retoma el tema. A
partir de allí el caso de María Elena, se convirtió en un boom a nivel nacional
en las redes sociales, luego en los medios impresos, televisivos y
radiofónicos, tanto, que algunos abogados de la ciudad de México se interesaron
en hacerle justicia a la chica.
Dentro de este periodo de tiempo sucedieron
cosas verdaderamente trascendentes en el país, y el caso de María Elena, en
ningún momento redujo su interés. Aquí es donde uno se pregunta, ¿quién está
atrás de todo esto para que el tema se prolongue?
El morbo siempre despierta interés, incluso,
algunos medios, como Milenio, se atrevió a publicar información verdaderamente
falsa. Algo parecido hicieron los medios televisivos, quienes usaron
fotografías que nada tienen que ver con la quemada. Médicos que atendieron
directamente a Ríos Ortiz, aseguran que la mayoría de las fotografías que
circulan, son completamente falsas, el ácido, por ejemplo, no le tocó las
piernas.
El 13 de septiembre, Silvia Ríos, la
hermana de María Elena, pública en Facebook lo siguiente “…Y hacerles saber, que no se pide apoyo económico y que
mi ELENA se encuentra estable y con muchas ganas de salir adelante y que la
persona que le quizo hacer daño, hoy ante la tragedia, nos hizo ser más fuertes
y unidos que nunca. Mi hermana se
encuentra estable y con más fuerzas que nunca. MIL GRACIAS”.
¿Si la hermana ya estaba bien, por qué
después, cuando arreció el tema, se comenzó a pedir dinero a una cuenta de
banco? Son muchas las preguntas que uno se hace y no se encuentran respuestas.
Tengo entendido que la fiscalía sólo
se basa en un vídeo particular de una tienda de pinturas en Huajuapan, para
señalar a los responsables materiales del ácido, porque las cámaras de
seguridad de Huajuapan no tienen la calidad suficiente para distinguir a las
personas, así me lo han asegurado algunos investigadores del ministerio
público.
Cuando el gobernador del Estado,
Alejandro Murat, señaló directamente al exdiputado Juan Vera Carrizal, como el
autor intelectual en el caso María Elena, la fiscalía del Estado también
comenzó a lanzar sus reflectores hacia esta persona. Los abogados saben que,
por regla general, tienen la obligación de probar judicialmente cada uno de los
hechos o acusaciones contra alguien, de lo contrario, no se puede mencionar el
nombre de alguna persona sólo por un supuesto.
Así como van las cosas, parece que la
fiscalía del Estado tiene un tremendo desorden a su interior, porque no sabe
qué hacer cuando México grita que quiere sangre, y la fiscalía se prepara a
dársela por una impertinencia del gobernador.
Este caos es el principal problema de la
fiscalía, y no es por la falta de habilidades, sino de conciencia. El actuar de
Rubén Vasconcelos ha sido como la del Coyote: cualquier método es válido para
capturar al Correcaminos, según los dibujos animados de Warner Brothers. Con
tal de sacar de donde sea al acusado, usa dinamita, cemento de secado rápido, yunques,
cohetes, y agujeros marca ACME.
Mucha gente cree que los casos nacen
de la nada. Un día, sin saberlo, pisamos un “agujero marca ACME”, y desde ese
momento nos vienen las tragedias a la vida. De esa manera se desliga a la
víctima de toda responsabilidad, y todo por culpa de un “hoyo”.
El fiscal quiere resolver el asunto de
María Elena desde la capital del estado, cuando aquí nunca va a encontrar esos agujeros.
La venganza contra ella, no sólo puede ser por parte de Juan Vera Carrizal,
sino también de otras personas, esto lo señaló Ashley, la hija del acusado, en
su conferencia de ayer. Sería bueno que Vasconcelos Méndez, se echara un
clavado a los expedientes de la familia de la saxofonista, incluida ella, ya
que todos están acusados de lesiones, pandillerismo, robo, etcétera, este
historial familiar viene desde el 2011.
¿Cuántos hoyos más echara el Fiscal
General, para sacar de uno de ellos a Vera Carrizal?, porque, hay que recordar,
es su sangre la que quiere la gente; pero sí es él el culpable, después de que el
Fiscal presente una investigación verdaderamente seria, que se le castigue, no
a su familia, como ya lo está haciendo.
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