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sábado, 28 de octubre de 2017

El próximo Auditor “carnal”


Los legisladores de la 63 legislatura local, están más que listos para imponer el día lunes, el nuevo Órgano Superior de Fiscalización del Estado y desaparecer la Auditoría superior del Estado (ASE). Cuando llegue ese momento, pondrán de patitas en la calle al titular Carlos Altamirano Toledo, así lo aseguran los legisladores.
Mientras tanto, el ritmo para designar auditor y 3 subauditores, no se detiene.
Tanta premura por cambiar de auditor tiene una explicación: todos sabemos que están llegando muchos recursos al gobierno del estado después de los sismos que afectaron a gran parte de la entidad oaxaqueña.
¿A quién le tocará vigilar todo ese dinero? La Contraloría del estado no puede ser porque es como una extensión de la oficina del gobernador. Entonces, la única responsable tiene que ser la Auditoría superior del estado. A ésta le toca revisar ese recurso.
Esta es la razón por la que los diputados están urgidos en poner en esa responsabilidad a un auditor moldeable, que pueda desobedecer y violar la ley.
Los diputados ya tiene planchado ese tema, ya tienen listo al hombre idóneo: se trata del contador público Guillermo Megchún Velázquez, actual maestro de tiempo completo en la Universidad autónoma de Chiapas. Casualmente, a este maestro chiapaneco, los diarios de aquella entidad lo conocen como “El corrupto”.
Es a éste a quien le tocará revisar la cuenta pública de Alejandro Murat. A Carlos Altamirano, le tocó revisar la cuenta pública hasta el último año de gobierno de Gabino Cué.
Guillermo Megchún, desde hace varios años está dedicado a impartir algunas materias en la facultad de administración pública de aquella universidad chiapaneca. Sin embargo, como aspirante al cargo de la ASE, también presentó sus documentos.
Lo curioso del asunto es que Megchún, según sus generales, dice residir en el municipio de Xoxocotlán desde hace más de cinco años.
Es imposible que este señor pueda residir en ese lugar, cuando todos los días tiene la obligación de impartir materias en la universidad chiapaneca.
Este caso debe ser resuelto por la fiscalía o el congreso del estado para que no haya dudas y se cumpla lo que exige la convocatoria lanzada por la 63 legislatura.
Es probable que Megchún haya podido conseguir una credencial de elector después del sismo, si es así, habría que preguntarle al INE con que antigüedad está registrada su credencial en Oaxaca.
Hace tres sexenios Guillermo Megchún llegó a Oaxaca, fue en el periodo de José Murat. En ese sexenio se desempeñó como Contador Mayor de Hacienda y Secretario de Finanzas. Ya en el cargo, se negó a fiscalizar la cuenta pública 2000, 2001 y 2002, lo que originó una controversia constitucional promovida por la Cámara de Diputados del Congreso Federal en contra del Gobierno de Oaxaca.
Éste aspirante a Titular del nuevo Órgano de Fiscalización, es quien se negó a auditar las cuentas en mención, y lo hizo con el respaldo del presidente de la gran comisión de la 58 legislatura, Juan Díaz Pimentel, hoy Delegado del IMSS.
Megchún siempre ha estado al servicio incondicional de los Murat, por eso consiguió o le consiguieron sus documentos apócrifos a través del secretario municipal de Xoxocotlán, como residente desde hace más de cinco años en ese municipio.
No cabe duda que Megchún viene a Oaxaca a cobijar los dineros en favor de algún funcionario del gobierno del estado. Es por eso que se dice que es el hombre “a modo”. Y desde luego que los diputados están de acuerdo con eso para que sea éste quien llegue a la Auditoría.
El hombre que tienen en la bolsa los diputados, no será más que un “auditor carnal”, es decir, alguien que defendería el actuar de los diputados y del gobernador. Su designación sería una conveniencia política que nada tendría que ver con algo profesional o jurídico.
Una pregunta para el gobernador: ¿Dónde están, gobernador Alejandro Murat, esos hombres íntegros, honestos y preparados que nos prometiste que tendríamos los oaxaqueños? ¿Dónde?


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miércoles, 25 de octubre de 2017

La corrupción y la policía destruyen a Oaxaca



A estas alturas cualquier propuesta para combatir la corrupción resultaría ingenua.
Después de los sismos más fuertes que azotaron a la entidad oaxaqueña, se comenzó a descubrir algo que todos ya sabíamos, solo que no teníamos identificadas las huellas de esos desvergonzados.
Dentro de esas listas están expuestas las entrañas de diputados, policías, alcaldes, etcétera, que decidieron robar en vez de solidarizarse con el pueblo.
En Oaxaca, ni partidos políticos ni funcionarios de primer nivel han entendido que no puede haber algo más importante para la gobernabilidad, que respaldar principalmente a la ciudadanía en desgracia.
Pero como en Oaxaca cualquiera puede hacer lo que sea porque no se cuenta con una fiscalía poderosa, capaz de inhibir y sancionar las raterías, o las desviaciones, o el cicateo de las despensas al pueblo, para nadie hay castigo.
Sí Oaxaca tuviera una fiscalía de vanguardia, la presidenta perredista de Juchitán, Gloria Sánchez López, no se hubiera adjudicado un millón de pesos que era ayuda por los sismos, ni hubiera desviado las despensas que tenían que ser entregadas a los damnificados.
Tampoco el presidente municipal de Huajuapan hubiera escondido todas las toneladas de ropa, cobijas, casas de campaña, etcétera en el edificio de Protección Civil, y donde ni a los mismos regidores se les permitía entrar.
Por toda la libertad que existe, la corrupción ya superó todos los límites. Ahora cualquiera se puede titular y presumir que se es corrupto, porque parece que este nivel da status a quienes la ejercen.
Los políticos oaxaqueños, principalmente, saben que les tocó vivir en una nueva pista donde les permite hacer lo que se les venga en gana.
Hace días, un reportero le preguntó al titular de Seguridad pública Raymundo Tuñón Jáuregui, sobre los robos que la policía estatal realizaba en la región de Tuxtepec. Éste pidió pruebas, y pocas horas después se le mostró al oficial naval que tiene liderazgo y experiencia en el ejercicio del mando –así dice en su curriculum–, el video donde 15 elementos de su Secretaría asaltaban en el rancho “La engorda”.
Más tarde, elementos de la policía estatal compartieron en las redes sociales su posicionamiento para desligarse del grupo de asaltantes de la región de Tuxtepec, y acusan directamente al Secretario Raymundo Tuñón, de ser el anfitrión de esos delincuentes, pues aseguran que él los invitó a colaborar en la Secretaría a su cargo.
La pregunta sería: cómo es que el gobernador Alejandro Murat conoció a este personaje, pues hay que recordar que por naturaleza, todos buscamos personas afines a uno mismo. Nadie busca como amigo a una persona que no sea de las particularidades propias de la vida. Si eres malo vas a buscar amigos malos, obvio. O lo contrario.
Entonces, ¿cómo es que el gobernador de Oaxaca pudo reunir a éste y otros servidores públicos que llevan una vida de escándalos y que dejan en ridículo a la entidad?
Sabemos que los funcionarios que fueron electos por el pueblo, son los mismos que los ciudadanos reclamaron su estadía en esa responsabilidad, pero para que éstos no rebasen su autoridad, debe disciplinarlos la fiscalía, sujeción que no existe.
Pero en el caso de Raymundo Tuñón, ¿quién se lo impuso a Murat para que nos diera seguridad con esa clase de elementos?
Si alguien se lo aplicó a la fuerza, entonces, ¿dónde está el liderazgo del gobernador? ¿Ustedes creen que con este Secretario de seguridad pública podemos seguir confiando en nuestras autoridades? Yo tampoco.


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lunes, 23 de octubre de 2017

Cualquiera se chamaquea al Fiscal



En serio que cualquiera se chamaquea al Fiscal General de Justicia del Estado de Oaxaca, Rubén Vasconcelos Méndez.
Donde más frecuente lo han chamaqueado, es en Huajuapan de León.
En el mes de junio firmó un convenio de colaboración entre la Fiscalía General y el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública (CCSP), “con el objetivo de realizar acciones conjuntas para la atención y prevención de delitos”, así dice el convenio, cuando este consejo nada tiene que ver con la seguridad pública. Se trata de una A.C. que imparte cursos de corte y confección, bordado y otras actividades manuales. En otras palabras, este consejo no sirve para hacerle frente a los delitos.
Es probable que el Fiscal se haya dejado engañar por el responsable de ese consejo de Seguridad pública, Oscar Osorio Rosas, quien según, gracias a su organización, han disminuido los delitos.
En otra ocasión, cuando el Fiscal Rubén Vasconcelos volvió a Huajuapan a otras actividades propias de su responsabilidad, un grupo de empresarios de la región se acercó a él para pedirle audiencia, y éste, amablemente les dijo que estaría de vuelta en tal día y que los vería a tales horas en tal lugar, es más, ese compromiso fue registrado frente a todos en su agenda. El día convenido, el Fiscal no se presentó. Así que los empresarios le mandaron un mensaje de texto donde le preguntaban si lo seguían esperando después de 3 horas de retraso. Rubén Vasconcelos Méndez nunca respondió.
Probablemente ese mensaje le incomodó, porque a su siguiente visita a aquella ciudad, se fue con otro de los grupos empresariales de la región y no quiso atender a los que originalmente le habían pedido audiencia.
El miércoles de la semana pasada, el Fiscal estuvo de vuelta en Huajuapan, y qué creen, que se lo vuelven a chamaquear. Le dieron unos datos bien lejos de la realidad, mismos que repitió a los medios de comunicación. Aseguró que en los dos últimos meses, “no ha habido un solo asalto carretero en la zona” de la mixteca.
Y otra vez, ¿qué creen? El mismo día que el Fiscal estaba de visita en Huajuapan, se robaron un trailer repleto de llantas sobre la carretera 125 Huajuapan-Tehuacán.
Son tantos y tan frecuentes los robos en esa carretera, que muchos conductores ya no quieren transitar por ella porque exponen no nada más su patrimonio, sino su vida misma.
Muchos de los que han sido robados y asaltados prefieren no denunciar nada ante las autoridades porque ya no tienen confianza en ellas, además, porque nunca resuelven nada. Es más, “hasta parece que trabajan para cubrir al delincuente”, aseguran muchos de los afectados.
Ya lo chamaquearon una vez, luego otra, y otra vez el miércoles pasado cuando lo pusieron a decir cifras alegres. Para conocimiento de Vasconcelos Méndez, habrá que decirle que en la zona de Huajuapan se roban un carro al día en promedio. Esto, según información de las aseguradoras de esa ciudad, no de la fiscalía.
Como sabemos, cualquier oficina de gobierno siempre trata de maquillar su responsabilidad, pues de esa manera cree tener más oportunidad de gracia frente al gobernador, quien desde luego, cree en sus elegidos, y eso les permite lograr otra responsabilidad más relajada, como por ejemplo, una diputación.
No porque el Fiscal General de Justicia en el Estado haya dicho unas cifras patito, de cero robos en carreteras, la gente lo va a creer. La gente cree lo que vive, no en las declaraciones.
Parece que la Fiscalía prefiere ignorar la inseguridad ciudadana, a perder bonos para el próximo juego de la lotería electoral.

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miércoles, 18 de octubre de 2017

Ratas con licencia en Huajuapan


Había un hombre con poder político que atesoraba riquezas propias y ajenas en un rincón. Casi nadie conocía el escondite del miserable aquel. 

Desde siempre atesoraba monedas, y en la cocina escondía sus quesos y pan. Cuidaba todo el tiempo su escondite de provisiones que vivían siempre expuestas a la voracidad de ratas y gatos.

Por más que cuidaba su escondite, encontraba al amanecer el escaso queso y pan siempre mordisqueados.
Se desesperaba el hombre poderoso que esos animales le ganaran en las noches sus riquezas.
Pensó poner ratoneras, pero calculó que era malgastar su dinero. Pensó en un perro, pero resultaría lo mismo.
No le quedaba de otra más que defender en persona las provisiones a cambio de su sueño. Eso significaba olvidarse de sus reventones nocturnos y demás deleites carnales. Tampoco tendría un acercamiento con la gente que de vez en cuando lo requería para pedirle favores varios. Aunque los ciudadanos lo buscaban solo por darle su lugar como primera autoridad poderosa, sin embargo, sabían que ningún pedimento les cumplía, además de que era muy difícil encontrarlo en su oficina, pues el mayor tiempo del día se la pasaba encerrado en su guarida ubicada en la punta de un cerro.
Un día, como bendición, le llegó un terremoto que agitó casas hasta convertirlas en escombros. Como resultado de esto, le llegó ayuda de varias ciudades hermanas y del gobierno estatal y federal.
Fueron tantas toneladas las que recibió en cobijas, colchonetas, víveres, etcétera, que al principio las comenzó a repartir a su nombre y a su gente más allegada. Eso le dio oportunidad de codiciar su reelección como el señor político poderoso de ese lugar. Así que por esa razón, prefirió guardar, como siempre lo había hecho, esas otras riquezas que no le correspondía porque eran para la gente más necesitada: la gente en desgracia.
El mezquino señor poderoso se la pasaba piensa y piensa cómo tramar, cómo planear quedarse con todo lo donado por aquellos buenos corazones que quisieron ayudar desinteresadamente a la gente en desgracia, a los que se habían quedado sin casa.
Por más que se devanaba los sesos no hallaba solución para dar satisfacción a su egoísmo.
Así, de claro en claro los días, y de turbio en turbio en las noches no dejaba de pensar. De repente, le llegó la solución.
Él sabía que su plan requería de paciencia. Primeramente, tenía que ponerse tras una puerta con una escoba en la mano para atrapar a un roedor cuando saliera de su agujero. Allí esperó y esperó y esperó, hasta que de repente cayó la rata. Atrapada, la encerró en una jaula y la dejó sin comer durante varios días.
El poderoso hombre sabía que el tiempo todo lo cura. Así que dejó a la rata hasta casi morirse de hambre; mientras tanto, le fue preparando pedazos de carne fresca con la que lo domesticó a su antojo.
El tacaño y cicatero hombre poderoso tuvo que invertir en filetes de carne para conseguir su insensible propósito. Lo que le daba a la rata era carne, pero de otra rata que mató a escobazos del mismo agujero donde había atrapado a su compañera.
A través del hambre amansó a la rata. Con los días, ésta le fue tomando sabor y gusto a esa carne. Cuando le suspendió el filete, la rata comenzó a acalambrarse, a convulsionarse. Entonces el hombre poderoso abrió la jaula y el animal escapó para encontrar comida. Frente a él había un montón de ratas a las que devoró.
El hombre poderoso vio que su paciencia le había retribuido un beneficio. Con esa rata ya no tuvo que comprar un perro. Se ahorró un gasto que posiblemente le iba a traer más gastos. Así fue como domesticó más ratas para que trabajaran en su beneficio.
Ahora el señor poderoso tiene a su alrededor un séquito de civiles a los que les dio un cargo y una responsabilidad que conocen el mundo de la tranza.
Sabe cómo controlarlas, pues cada una de ellas cumple todas sus órdenes y saben guardar el más apreciado secreto. Cada una de ellas actúa como auténticos perros, pues de sus bocas desparraman espuma y bilis.
Todas esas ratas ahora cuidan celosamente el edificio que un día sería la central camionera, hoy oficinas de Protección Civil de Huajuapan de León.
Esas ratas hacen exactamente lo que hacía el hombre poderoso, (a partir de aquí vamos a llamarle presidente municipal): atesorar riquezas ajenas en un rincón.
En ese edificio guardan todas las toneladas de ropa, cobijas, casas de campaña, mucha comida enlatada, medicinas, y un sinfín de cosas que pudieron beneficiar, no a la región ni al municipio, sino a otros lugares que verdaderamente los necesita, como el istmo, por ejemplo.
Si el presidente de Huajuapan, Martín Aguirre Ramírez no da ninguna explicación de todo este arsenal de productos guardados en el edificio mencionado, y que no benefician a nadie, quiere decir que no le importa el pueblo que representa ni Oaxaca mismo.
Las fotos que aquí se muestran fueron tomadas hace dos días, así no puede decir el presidente Aguirre, que todo lo que expresan las gráficas ya fue repartido.
Para ingresar a ese edificio, solo lo pueden hacer aquellas personas que tienen permiso autorizado por Aguirre Ramírez, o por el encargado del área de Protección Civil de esa ciudad.
¿Alguna duda?

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lunes, 16 de octubre de 2017

Me repugnas, señor delegado de la CDI


Más que persona preparada, actúas como un pelafustán que mira a sus oponentes a nivel de piso.

El 14 de este mes se te ocurrió, Saulo Chávez Alvarado, delegado en Oaxaca de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), patear parejo a los periodistas de Oaxaca. No solo te fuiste contra quien descubrió tu tranza, sino hasta con los que retuitearon la investigación de la columnista María de los Ángeles Nivón.
Pusiste a tus troles a agredir a toda aquella persona que vio con agrado el descubrimiento de tus entrañas.
Pobre de ti, Saulo. Nos exhibiste a todos los periodistas oaxaqueños con el mismo rasero. En los 10 tuiters que publicaste en tu cuenta, aseguras que “1) No les daré ni un solo peso d @CDI_mx x sus actividades pseudoperiodísticas. Es dinero público y NO ha sido mi forma de conducirme NUNCA.” Es cierto, tienes mucha razón, Saulo, el dinero público no debes utilizarlo para que los periodistas carguen los inciensos a tu paso; pero entonces, ¿cuánto pagaste a tus troles para que salieran en tu defensa y ridiculizaran y agredieran a todo aquel que compartió la columna de Nivón?
¿Dónde está tu inteligencia, dónde tu sabiduría, delegado Saulo? No dudo, que hayas apantallado a Nuvia Mayorga Delgado, Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, con tu curriculum, y por eso te haya otorgado la responsabilidad en Oaxaca, pero en realidad, tu corazón está bien lejos de ser un auténtico oaxaqueño. Si tratas a los periodistas oaxaqueños como los tratas, entonces, ¿cómo verás a los oaxaqueños que apenas se defienden?
Qué bueno que a casi siete meses de que llegaste al cargo, nos hayas hecho entender lo que significa el arribismo de los logreros, el ventajismo de los oportunistas, de esos seres pequeñajos que, al no conformarse con lo que tiene, se obsesiona por tener más. Me enfureces y me repugnas porque siendo oaxaqueño no eres oaxaqueño.
Una vez arriba, señor delegado de la CDI, te viniste a revelar como son todos los mediocres, que con un trozo de poder mostraste lo que eres: prepotente, soberbio, absurdo.
Contra la columna que verdaderamente fue estridente, ejerciste tu mando y reafirmaste tu sentimiento para golpear en venganza de lo descubierto. Tus entrañas quedaron manifiestas, propias de la insignificancia al someter a una corte de incondicionales que se vieron forzados a obedecerla porque se trataba de acabar con los periodistas oaxaqueños en defensa tuya.
No cabe duda que tienes poder, económico también, que utilizaste para pagar, pero también puede ser, que hayas forzado a tus trabajadores a tuitear. Un mediocre con poder constituye una plaga en el mundo en que vive; y lo dicho: me repugnas delegado.
Fuiste exhibido con 120 mil pesos para tu casa familiar en Ixtepec por los daños provocados por el sismo, cuando a esa casa no le pasó nada, mientras muchas familias no fueron tomados en cuenta. En uno de tus tuiters, dices que sí, y que por ese daño a tu octagenaria madre le dieron 15 mil.
¡Lo que hace un retazo de influencia! No cabe duda que llega a obscurecer al desdichado que no está preparado para ejercer el cargo. No cabe duda que la prudencia no es cualidad de los insensatos.
Me repugnas delegado.

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lunes, 2 de octubre de 2017

Los “desastres naturales” fueron provocados por políticos



Vivimos en un mundo lleno de amenazas como inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos, etc. Este tipo de amenazas son naturales, sin embargo, los desastres no lo son. Los desastres son creados por los humanos. 

Nadie puede impedir una inundación o un terremoto. Por ejemplo, cuando un volcán entra en erupción se trata de una amenaza natural. Pero si hace erupción cerca de una población, lo más probable es que se convierta en un desastre y amenace las vidas de cientos o de miles de personas.
Así pues, hay una diferencia entre "amenaza natural" y "desastre". Los desastres son provocados, en gran parte por los seres humanos. Las causas pueden ser por las actividades humanas como la deforestación, la rápida urbanización, la degradación ambiental y el cambio climático.
Si no usamos las palabras correctas, exactas, no ayudaremos a cambiar la forma de pensar de la sociedad en general ni de los políticos, quienes muchos de estos no tienen una cultura de prevención, y en muchas ocasiones el término “desastre natural” les beneficia en mucho.
Una amenaza tiene distintos orígenes naturales: geológicas, hidrológicas, meteorológicas o biológicas.
Los desastres se producen por muchas razones, pero hay cinco factores principales que contribuyen a estos riesgos: el cambio climático, la rápida urbanización, la pobreza, la degradación ambiental y la corrupción.
Hace días, el presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, exigió la renuncia del Secretario de comunicaciones y transportes, Gerardo Ruiz Esparza, por el socavón sobre el Paso Exprés de Cuernavaca.
Dijo que en cualquier país del mundo cuando sucede una desgracia como la del Paso Exprés, los responsables son castigados por la ley.
Seguramente, como siempre lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador, finge demencia. Se le olvida que cuando era Jefe de gobierno, decretó el siete de diciembre del año 2000, el Bando Dos, sin que éste pasara por la Asamblea Legislativa. El objetivo era “repoblar” en las zonas centrales de la Ciudad, incluyendo el Primer Cuadro. Eso ocasionó que los servicios en esas demarcaciones fueran afectadas, además de que los inmuebles ofrecidos tenían altos precios debido a su ubicación.
Siete años después hubo una reforma para desaparecer el Bando Dos. Eso fue en la administración de Marcelo Ebrard, pero para entonces las viviendas ya se habían multiplicado. La mayoría de éstas eran de mala calidad, y donde hubo una casa se construyeron edificios de 10, 15 o 20 departamentos.
Dos días antes del segundo sismo, en la Ciudad de México los periodistas escribían: “…parecen reinar el optimismo y las congratulaciones. Después del temblor se ha alabado la respuesta de la población, la eficacia de las alertas sísmicas…”.
Otros más escribían en son de fortaleza: “¿Por qué, si logramos un saldo blanco en la Ciudad de México, otros estados siguen siendo tan vulnerables?”
Y otro más: “El hecho de que la Ciudad de México tenga saldo blanco no quiere decir que el país no sufra. Porque la desigualdad, la pobreza y la corrupción se incrementan por regiones.”
Horas después de estos comentarios llegó el sismo de 7.1 grados el 19 de septiembre; entonces muchos edificios nuevos se dañaron o colapsaron. Una casa vieja es normal que tenga daños, ya que con el tiempo los elementos se debilitan por el uso, pero cuando un edificio nuevo se cae es por la mala calidad de los materiales.
Después de tanta presunción de vivir en una zona segura, el 19 de septiembre se descubre que la corrupción fue lo que destruyó gran parte de la Ciudad de México.
En realidad, ningún edificio construido después de 1985 debió haber sufrido daños, pero parece que no se sometieron a las reglas vigentes. De acuerdo a un reportaje de sinembargo.com, 47 de los edificios caídos o con daños estructurales severos son fruto de la corrupción. El Colegio Enrique Rébsamen en Coapa, su estructura colapsó después de tres años de haberse construido.
Entonces, ¿dónde está la honestidad valiente que presume tener la gente de López Obrador?
Los desastres de la Ciudad de México fueron creados por los políticos, hijos de Andrés Manuel.
Decir “desastre natural” es proteger a los políticos corruptos que decidieron brincarse los reglamentos y construir algo distinto al autorizado.
Así como acusa López Obrador a los funcionarios federales a causa de los socavones, él y su gente también deben ser juzgados por sus actos criminales.
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En la última columna que publiqué en mi blog: https://horaciocorro.blogspot.mx/ bajo el titulo “El abuso del presidente pozolito”, en el penúltimo párrafo escribí lo siguiente: Ayer, como a las 6 de la tarde, el regidor de vialidad, Víctor Hugo Espíndola, se despachó con más de 60 despensas, mismas que las descargó en su casa con la ayuda de su familia y uno que otro integrante de su partido Morena.”
Reconozco mi error. Enmendaré esta equivocación. La familia del regidor de vialidad Víctor Hugo Espíndola Galicia, no merece por ninguna razón meterla en esta acusación.
A la familia del regidor de vialidad deseo expresar de manera especial mi total empatía y mis disculpas.

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