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sábado, 29 de julio de 2017

No es huajuapeño quien no haya tragado caca


Hace años publiqué en una de mis columnas un texto que titulé “No es huajuapeño quien no haya...”. En relación a ese título, les hablaré del agua que llega a esta ciudad.
El líquido que recibe la mayoría de las casas de Huajuapan es verdaderamente preocupante. No solo por la falta de continuidad en el abastecimiento, sino por la ausencia de saneamiento y por la poca información que las autoridades municipales han proporcionado sobre la pobre calidad que envían.
La calidad del agua es una auténtica violación al derecho humano y una agenda que urge resolver.
Se pueden argumentar mil razones por las que no se ha hecho nada al respecto, como explicaciones presupuestarias, que las tarifas no son suficientes… Lo cierto es que siempre hay otros intereses políticos, como poner en primer lugar un “pozolito en Huajuapan” que luchar por lo importante.
El agua que recibe Huajuapan y comunidades cercanas a la Presa Yosocuta, no sólo es el saneamiento, sino otros derechos: la salud y la alimentación.
Han pasado varias administraciones municipales y ninguna de ellas se preocupó por este tema tan importante. No lo hicieron porque el trabajo del agua es oculto, se hace por debajo de la tierra, y eso no le da brillantez al político.
Afortunadamente ya están disponibles casi 30 millones de pesos para este tema, pero si el presidente municipal Martín Aguirre, sigue afanado con su “pozolito” para sus invitados, Huajuapan va a seguir tragando caca.
Al agua contaminada tenemos que agregarle otro dato: por donde circula el agua no existe tubería alguna. Hace muchos años, antes de que se inventara la tubería de cobre o galvanizada, el agua se llevaba a través de un tubo de lata. Ese tubo cumplió su vida útil, pero dejó el hueco por donde pasaba la tubería, y ahora viaja el líquido sobre la tierra. Increíble, ¿no?
Pocos saben que bajo las calles que transitas todos los días, existen unas cavernas que en cualquier momento se pueden vencer ante el peso y el paso de los autos. Increíble también, ¿verdad?
Cuando esa agua busca camino para llegar a tu casa se pierden miles de litros y, además, la recibes contaminada, como ya es sabido, y con residuos de metales y tierra. Lo que quiere decir que recoges un líquido bastante pobre en calidad, situación que viola los derechos humanos.
El marco internacional de los derechos humanos establece la obligación de los estados o de los municipios de cumplir, proteger, defender y promover los derechos humanos.
El derecho humano al agua lo establece la Constitución; esto quiere decir que el uso del agua es prioritario para consumo humano, que debe estar disponible, accesible, de calidad y aceptable, lo que significa que debes recibir agua sana.
La Constitución establece que los municipios son los responsables, pero desgraciadamente hay un serio abandono en este tema.
En caso de resolverse parte de este problema en Huajuapan, lo más seguro es que se desatiendan otras poblaciones que tienen los mismos o peores problemas con el agua. Ellos son San Marcos Arteaga y San Francisco Yosocuta. Siempre es lo mismo, las zonas alejadas tienen menos prioridad que las urbanas. Los que viven en las periferias tienen menos prioridad que los que viven en la parte central de las ciudades.
El caso del agua en Huajuapan es bastante preocupante, y los millones de pesos que se tienen programados para solucionar este asunto, solo una parte de los habitantes recibirá una solución en el goce de los derechos humanos.
Hasta este momento el agua que produce el Sistema de agua potable y alcantarillado de Huajuapan (SAPAHUA) no cumple con ninguna norma oficial mexicana emitida por la Secretaría de Salud, ni con el Reglamento interno de los Servicios de Salud de Oaxaca.
El agua que llega a Huajuapan de la planta de Yosocuta, rebasa en mucho los límites permisibles por sus diferentes componentes, esto es: el agua que llega a las casas no es apta para el consumo humano.
De acuerdo a los resultados del agua que tengo en la mano, y que estos estudios fueron realizados por el mismo gobierno del estado de Oaxaca, dicen que el agua que llega a gran parte de la ciudad de Huajuapan y comunidades aledañas, están cargadas de exceso de materia orgánica y nutrientes.
Esa agua con todos sus componentes nocivos y que la están bombeando constantemente hacia las tuberías, lleva un olor fétido que se percibe al abrir la llave. Eso es por la gran cantidad de materia orgánica que acarrea.
La carga que lleva esa agua, la recibimos con elementos como nitrógeno, fósforo y potasio. Esto es lo que se les da a los consumidores, y estos la reciben amablemente y hasta la pagan.
Cada vez que se le dice al pueblo que el agua es clorada, se crea otro problema más grave: el cloro produce cloramidas y cloratos, y eso es dañino para el cuerpo humano.
El problema de contaminación que vive Huajuapan no es nuevo, comenzó desde que se empezaron a descargar las aguas negras al río de los pueblos que echan sus desechos a la cuenca que llega a la Presa. Esas descargas han aumentado la contaminación del agua que se distribuye a la ciudad.
El problema de salud es bastante fuerte porque hay brotes epidemiológicos a causa de esta agua que contiene elementos fuera de lo normal.
Con esa agua contaminada se lavan los alimentos, frutas y verduras, y los residuos han provocado brotes de hepatitis. La hepatitis es una reacción del hígado. El hígado se afecta por los productos químicos, no es que sea un virus, es una reacción química.
La hepatitis C es un virus que provoca un mal funcionamiento del hígado por el ataque químico, elementos químicos disueltos en el agua.
Si en los próximos días se echan a andar los remedios para la planta tratadora con los casi 30 millones de pesos, no servirá de nada si no se combate la contaminación mineral o los elementos químicos que provocan reacciones en el hígado de los consumidores.
Por más lana que se le meta al asunto no se va a resolver la eliminación del nitrógeno ni del fósforo ni del potasio, porque son elementos, hasta cierto punto, no degradables.
Se tienen que tomar acciones determinantes para que los Municipios —los que están arriba de Huajuapan y a las márgenes de la cuenca—, limpien sus aguas antes de verterlas al río, de lo contrario, el problema persistirá.
De nada servirán los millones de pesos que se le piensan inyectar al problema del agua si no se tiene un acuerdo con todos los pueblos antes mencionados.
Si no se llega a ningún acuerdo con los pueblos, Huajuapan seguirá tragando caca.


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miércoles, 19 de julio de 2017

Basura de los recuerdos


La ciudad de Oaxaca acabó de pasar por unos días verdaderamente espantosos y, sobre todo, olorosos por el exceso de basura que había en todo lugar, principalmente en calles aledañas al primer cuadro de la ciudad.
Fue mucha gente la que echó su basura a donde ya había montones de ella, en vez de separarla y guardarla en sus domicilios.
Como no hubo solidaridad entre vecinos, tiraron a la calle lo más próximo que tenían a la mano: los desperdicios de comida, las botellas de alcohol, las envolturas de las últimas compras y en fin.
Si de veras hubieran querido deshacerse de todas las porquerías que muchas veces se guardan en la casa, hubieran comenzado por visitar aquellas cajas de los recuerdos. Esas cajas donde guardan los recortes de periódicos sobre noticias que se creyó que se debería conservar por tal o cual interés, las conchitas de mar que se recogieron algún día en la playa, las cartas que enviaron los amigos, las tarjetas de Navidad, los trabajos de la escuela primaria, la publicidad del hotel donde se hospedaron aquella vez, los portafolios de la convención con todo y las hojas blancas y los lápices que les dieron en las conferencias, las tarjetas de presentación de fulano, fotos, tornillos, monedas y billetes de los que ya no se usan, foquitos inservibles del árbol de Navidad, burritos del día de corpus y cuanta cosa pueda uno imaginar.
Todo eso que ocupa un buen espacio en el clóset o en aquel cuarto de trebejos, ahí también está la caja del televisor que se guardó por si algún día se cambiaban de casa. También están las revistas que se fueron comprando y que ahora da pena tirarlas aunque ya no se vuelvan a leer, el sombrero de fiesta de la señora que jamás se va a poner de nuevo, los posters enrollados que nunca se van a fijar en la pared pero que se guardaron cuidadosamente, el bastón de la abuela que ya murió … en fin, que en el clóset, además de la ropa que se usa y que no se usa, se guarda tal cantidad de basura que bien podría sacarse y tirarse cuando pase el camión recolector.
En verdad, la mayoría de nosotros somos afectos a guardar la basura. Hay quienes guardan las bolsas de las palomitas gringas para microondas, que aunque no sean reutilizables, se guardaron por sus colores tan bonitos. Otros guardan las medicinas, por si alguna vez se necesitan; y ahí pasan los años sin que nadie se acuerde de la fecha de caducidad.
Se guardan los frascos de perfume vacíos, el ajedrez incompleto, el juguete roto, los calendarios o almanaques caducos, las bolsas de mano inservibles, los zapatos gastados, el abrigo pasado de moda, las corbatotas anchas, los paraguas sin mango o con las varillas quebradas, los tornillos, clavos chuecos, clips y esto y lo otro.
Si durante los días más horrorosos y apestosos por los que pasó la ciudad de Oaxaca se hubieran tirado a la calle toda esa basura que se tiene arrinconada en la casa, hubiera sido más benéfico para tanta gente que andaba buscando algo entre las toneladas y toneladas de desperdicios y de comida aceda.
Si no se dieron la oportunidad de tirar todo lo que les acabé de mencionar, entonces esperen al carro que anuncia comprar todo lo que no te sirve, y te aseguro que cuando ya no tengas en tu casa todas esas cosas que no ocupas, nadie las va a extrañar.


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lunes, 17 de julio de 2017

De Hernán Cortés a Alejandro Murat

A estas alturas del mes de julio, cuando Oaxaca celebra su fiesta más importante del año, sería injusto decir que todo tiempo pasado fue mejor.
Si nos atenemos a las crónicas, veremos montañas de cadáveres pestilentes, pirámides destruidas y ensangrentadas entre la idolatría indígena y la colonización.
Más tarde, Hernán Cortés fue nombrado Marqués del Valle de Oaxaca. Juan Peláez de Berrio llegó al Valle de Oaxaca en julio de 1529 y encontró una población sin autoridad local.
Como tenía instrucciones precisas para arreglar y agrandar el asentamiento español del valle, pronto organizó el cabildo y ordena el trazado urbano de la villa, lo que hoy es el zócalo o plaza de armas. Dispone que la orientación de los edificios e iglesia recibieran por sus puertas y ventanas el sol durante todas las épocas del año.
Conforme la ciudad de Oaxaca fue creciendo, aparecieron las canciones y loas interminables a este pueblo.
Todas las generaciones que han pasado por aquí, han deseado un buen futuro para la Verde Antequera: libre de inundaciones, con agua potable, con buenos gobernantes, con una vida segura, etcétera.
En base a estas esperanzas, los oaxaqueños dejaron la responsabilidad a los “hombres de confianza”, quienes resolvían todos los problemas porque todos los habitantes de la entidad se convirtieron en menores de edad sin derecho a escoger a los administradores gubernamentales y municipales.
Nos hicieron creer que jugar a la “democracia” nos iba a llevar a una ciudad ordenada y pacífica, con buenos servicios públicos, con decisión, con empleo, con buen transporte, dotada de agua y sin basura; calles pavimentadas y servicios sociales suficientes y eficientes.
Cuando llega Heladio Ramírez López al poder, se marca la diferencia porque el caos se convirtió en la norma. La entidad oaxaqueña se volvió campo de batalla entre las tribus para obtener el poder de manera fácil.
Todos los gobernantes que continuaron después de Ramírez López, nos hicieron creer que nos llevarían a ser una ciudad moderna. La realidad es que cada día la ciudad de Oaxaca se parece más a La Habana.
Creo que me equivoco. Posiblemente tengamos más parecido a Somalia, o la República Democrática del Congo, porque a nuestras autoridades gubernamentales no les interesa que Oaxaca sea Patrimonio de la Humanidad.
El primero que debe estar obligado en mantener y conservar el patrimonio, es el gobernador, pero es el último en importarle. Prefirió colocar juegos mecánicos en el corazón de la ciudad, que conservar desde 1987 ante la UNESCO, esta ciudad como Patrimonio.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), parece estar sometido a los caprichos del gobernador en turno, pues éste debió impedir en su momento, que se instalarán juegos que afectan el patrimonio edificado.
Si con los juegos trató de impedir que llegaran los maestros de la sección 22 a echarse durante días y días frente al palacio de gobierno, pudo haber encontrado otra solución: como hacer una exposición de nuestras culturas vivas que en ese tema somos riquísimos y no hay otra entidad en el país que nos iguale.
Pero por la poca capacidad intelectual y cultural que tienen la Secretaría de Turismo, y la Secretaria de Cultura, ataron por unas horas el corazón de Oaxaca con unos pobres fierros dizque sirven para divertir, pero que no nos representan como oaxaqueños en nada. ¡Qué tristeza!

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jueves, 13 de julio de 2017

Perdimos una oportunidad con la basura

Qué lejos estuvo Oaxaca de aquello que escribió Fray Toribio de Benavente sobre la gran Tenochtitlan: “estaba tan limpia y barrida que era difícil tropezar con algo”.
Fue en la época del México independiente cuando seguramente la basura comenzó a constituir un problema debido a que, en aquel entonces, el Coronel Melchor Múzquiz, nombró una comisión para que reglamentara el Sistema de Limpia de la Ciudad, y por primera vez se establecieron multas de dos, cuatro y seis pesos a las personas que arrojaran “basura, tiestos, piedras y algunas otras cosas”.
Durante los diez días que se arrojó todo tipo de basura a las calles de la ciudad de Oaxaca, bien se podría competir por uno de los primeros lugares en el mundo en cuanto a producción de basura, y seguramente no haríamos un mal papel, si además se tomara en cuenta la calidad de lo que se desperdicia.
Fueron diez días de una estupenda oportunidad para hacer un registro de los desperdicios que se encontraban a lo largo y ancho de las calles de la ciudad. Haber hecho eso, hubiéramos sabido la clase de consumo que hace la sociedad oaxaqueña.
Cuando pasa el camión de la basura se echa todo aquello que deseamos ocultar en botes y bolsas que sacamos de la casa. El sonido de la campana es como la hora de deshacerse del desperdicio para sentirse que otra vez estamos limpios de toda culpa. Y para no sentir esa culpabilidad mucha gente salió a las calles a tirar sus desperdicios caseros, sin importar dónde. Lo importante para esa gente fue sacar la basura de sus casas. A nadie le importó la solidaridad.
Por todos lados vimos cerros y cerros de basura. Ese fue el paisaje durante días y días en la ciudad de Oaxaca. Fue un espectáculo demasiado grotesco.
La oportunidad que se tuvo con la basura era estar al tanto de lo que no se logra mediante las encuestas. El arrojar la basura sobre esos montones de basura, los pobres no pueden decir que son menos pobres de lo que son, ni los ricos pueden decir que son menos ricos de lo que consumen.
Las latas de cerveza y las botellas evidencian que se toma más alcohol de lo que se dice, que se tira más comida de lo que se cree.
A juzgar por lo que se encontró en los tiraderos callejeros, bien podría pensarse que Oaxaca es una entidad rica. Tan sólo el pan y la tortilla tirada podrían sumar miles de costales de cada uno de estos productos.
Si el gobierno coordinara una acción eficiente entre la ciudadanía para que se dejara de producir basura, y en su lugar se promoviera de manera intensa el reciclaje de metales, papel, vidrio, etcétera, se podrían salvar miles de hectáreas erosionadas que existen principalmente en la zona de la mixteca.
Ante la falta de cultura de la reutilización o el reciclado de todo lo que se genera en los hogares, urge promover la separación del material que puede ser valorizable.
A través del reciclado se puede promover en los hogares el fortalecimiento de la economía, y en consecuencia, la conservación del medio ambiente. Si no estamos preparados para el siguiente cierre del basurero, que será muy próximo, se volverán a repetir los escenarios callejeros que acabamos de pasar.
Otra cosa que se vio durante estos días, es que había mucha gente recolectando comida.
Esto es una muestra de que hay personas que sufren muchas carencias. Una de estas carencias es el acceso a los alimentos. La falta a ese derecho básico tiene que ver en gran medida con el aumento excesivo de los precios de la comida y del empleo. Sin éste último, no se tiene lo anterior.


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martes, 11 de julio de 2017

Baches, basura y plantones = mucho turismo


¿Ustedes creen que en el aire haya baches? Los que han tenido oportunidad de viajar en avión, saben que al volar se topa uno con bruscos cambios de temperatura y a veces con corrientes de aire que provocan rápidos descensos en la altura del vuelo del avión.
Cuando el avión agarra un bache, parece que nunca va a dejar de caer.
Los baches que todos conocemos son los terrestres. Son agujeros a desnivel que se hacen en el pavimento de las calles o caminos.
Hay otros tipos de baches. Por ejemplo, el bache por el que acabó de pasar el Presidente Municipal de Oaxaca, José Antonio Hernández Fraguas, contra sus regidores que no acudieron a la sesión de Cabildo para no aprobar una deuda de 35 mdp para obra pública.
O como el bache que vive la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados por tantas toneladas de basura acumuladas en las esquinas de las ciudades. Todo lugar es una completa pestilencia. Ojalá este mismo día se resuelva este problema.
En unos cuantos días la ciudad de Oaxaca se convertirá en el centro de atracción por la tan esperada Guelaguetza. Solo que en esta ocasión, las autoridades ofrecerán a los turistas un atractivo pocas veces disfrutable, se trata de unos baches bastante bien distribuidos a lo largo y ancho de todo el valle de Oaxaca.
Los invitados ya no quieren acudir a los museos, galerías, zonas arqueológicas, ni etcétera. Lo que les interesa, es visitar las enormes cazuelas callejeras que han servido para incrementar la economía de talleres mecánicos y talacherías.
Un bache puede ser el peor enemigo del automóvil porque puede dañar el sistema del control de manejo, pero muchas visitas, sabedores de eso, acuden a este lugar oaxaqueño en busca de esa nueva aventura. El juego se trata de esquivar cuanto hoyo encuentre en su camino para demostrar su destreza en el volante.
Los perdedores tendrán que acudir con el mecánico o con el talachero para que les arregle la llanta o en su caso, los amortiguadores, o los brazos de suspensión del auto.
Los forasteros vendrán a dos cosas: a la Guelaguetza, y a jugar en los enormes agujeros que detesta el oaxaqueño porque están llenos de lodo e histeria, pues hasta el peatón resulta perjudicado con ellos, pues tiene que saltar como chapulín para esquivar vehículos que circulan por donde no les corresponde con tal de ganar la competencia.
Los turistas saben también que vienen a utilizar los agujeros como áreas de entrenamiento para aprender a nadar, a hacer alpinismo y a desarrollar el equilibrio. En ningún otro lugar pueden encontrar eso.
Pero eso no es todo. El visitante también viene a ver los cierres y bloqueos de calles y carreteras con tal de ganar la atención de las autoridades, pues el que con más violencia cuide su crucero para impedir el paso, ese gana la bolsa más grande de dinero. Es tan atractiva esta competencia, que desde ahorita los diversos grupos ya pelean los caminos hacia el Cerro del Fortín, donde se celebra cada año la fiesta más importante de Oaxaca.
En realidad, al oaxaqueño ya no le interesan esas competencias, pues cada año es lo mismo, pero al extraño que viene a descubrir cosas novedosas, eso le apasiona.
Que bueno que nuestras autoridades se hayan preocupado por nuestra condición física, y en consecuencia, por la mental.
A fin de cuentas el bache no es tan malo. Mientras pasas por él, tienes la oportunidad de tuitear, marcar y hablar por teléfono a los cuates, y si tienes suerte, echarte una pestañita.
Oaxaca es el único lugar donde todos los días tenemos marchas, plantones, peregrinaciones, baches, basura, puestos ambulantes, carreras de atletismo y calendas que nos impiden el paso hacia todos lados. En realidad, todo esto es un buen pretexto para seguir invitando al turismo.


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domingo, 9 de julio de 2017

Un Presidente muy p$#&/**jo


Días antes de que el Presidente Municipal de Huajuapan, Martín Aguirre Ramírez,
presentará el informe de sus primeros 100 días de gobierno, le hizo una visita al Delegado de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). El delegado salió a recibirlo, y después de los consabidos saludos de cortesía, le preguntó que qué se le ofrecía, que en qué podía ayudarlo.

El Delegado, sabedor de los problemas tan agudos que vive Huajuapan por su pobre calidad de agua, esperaba una petición de auxilio para resolver ese asunto, pero nada.
El Presidente Municipal se quedó pensando un rato, y después de su silencio le dijo: vengo a invitarle un pozolito en Huajuapan.
¡Cómo! —expresó el Delegado con asombro.
Dime qué es lo que se te ofrece, porque supongo que no viniste a invitarme un pozolito, sino a pedirme algunas cosas —remarcó el Delegado.
—No —volvió a asegurar el Presidente. Vengo a invitarle un pozolito, ¿dígame cuándo lo esperamos por allá?
La verdad le respondió el delegado—, yo no tengo tiempo para ir a Huajuapan a comer un pozolito. Creí que venías por cosas más serias.
Después de eso se hizo un silencio en la oficina. El Delegado echó su cuerpo hacia adelante. Descansó sus codos sobre el escritorio y dijo en voz baja —Creí que me venías a pedir apoyo para la Presa Yosocuta, pero ya veo que a ti ese tema no te interesa… para ti un “pozolito” es mucho más importante —y añadió—. Tengo 14 millones de pesos para el agua potable en Huajuapan, pero parece que a ti eso tampoco te importa, ¿o sí?
Aguirre Ramírez se quedó pensando un rato… vio arriba, abajo, hacia todos lados y dijo. —Pues voy a planteárselo a los regidores a ver qué dicen. Si aprueban ese dinero vendré a molestarlo nuevamente.
El Delegado se paró de su asiento, se dirigió a la puerta para despedirlo (como con ganas de darle una patada en el trasero), y en ese momento le dijo Martín —¿Me podría dar una copia de ese dinero para el agua de Huajuapan?
El Delegado le ordenó a su secretaria que les sacara una copia y se la entregara.
Supongo que fue después de esa visita, que al Presidente de Huajuapan se le empezó a llamar “El Presidente p3$#&/**jo”.
14 millones de pesos que dejó ir el Presidente Municipal por un pozolito. ¡Bah!
14 millones de pesos que el Delegado de la Conagua le puso sobre el escritorio y los despreció.
Si hubiera tomado esos 14 millones de pesos, los hubiera podido cacaraquear en su informe de los primeros 100 días de gobierno. Prefirió chillar ante el pueblo por el pésimo estado en que había recibido la administración, que hacer algo bueno y necesario para Huajuapan.
Los 100 días los convirtió en un muro de lamentaciones contra Luis de Guadalupe Martínez Ramírez, expresidente de esa ciudad. Ese fue su tiro, pero nunca le atinó.
El desprecio a 14 millones, es muestra de que al Presidente, a Martín Aguirre Ramírez, Huajuapan no le interesa.
Desde que ésta administración inició, a Huajuapan se le han incrementado los problemas, principalmente los violentos, y cada que eso sucede, el Presidente se desaparece.
Con el problema de los asaltos carreteros, todos los pueblos de la Mixteca oaxaqueña y poblana han colaborado y se han unificado para hacer algo, pero el presidente de Huajuapan se ha opuesto a participar.
El último chiste de este presidente es el de luchar contra los asaltos carreteros, pero solo él y su primo el diputado local (hijo de Heladio Ramírez López), pero no con los pueblos que desde hace tiempo trabajan en ese tema.
Cuando se dio el problema con la agencia municipal de Santa Teresa, cuando éstos bloquearon durante días los caminos, todo mundo, desde la ciudad de Oaxaca, buscaba al Presidente y éste nunca quiso salir de su ratonera.
Desde la Secretaría de Gobierno se hicieron miles de llamadas para que alguien parara el problema, es por eso que muchos oportunistas se hicieron pasar como el “representante del gobierno”, pero los de Santa Teresa no se dejaron intimidar y continuaron con sus cierres hasta que de dos patadas puso todo en orden el anterior presidente de Huajuapan: Luis de G.
Después de ese problema, los políticos oaxaqueños volvieron a ratificarle el nombre al actual Presidente de Huajuapan como “El Presidente p$#&/**jo”.
Afortunadamente, a Martín Aguirre le están apretando el pescuezo para que se caiga con alrededor de 7 millones de pesos y se comience a trabajar en el problema del agua en Huajuapan. Si no le entra, el gobierno federal no podrá hacer nada por el agua que Huajuapan necesita.
A veces pesa mucho ser de Huajuapan: sirve para puras vergüenzas.

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miércoles, 5 de julio de 2017

Quiénes espían tu celular


A consecuencia del escándalo desatado por las orejas y los ojos encontrados en los celulares, todo mundo anda muy preocupado, y no es para menos.   
Había un dicho antiguo que se repetía cuando era necesario platicar lejos de la gente para que nadie se enterara porque aseguraban que “las paredes oyen”.
Hoy ya no son las paredes. Las paredes dejaron de tener oídos desde hace un buen rato. Los que ahora tiene oídos y ojos son los teléfonos celulares.
Hay personas especializadas, principalmente del gobierno, que controlan tu teléfono a su antojo y tú ni por enterado de eso. Esa gente es capaz de encender tu teléfono y grabar todas tus conversaciones. Además, pueden tomarte fotografías sin que tú te des cuenta. Y todavía hay más: te pueden localizar en el punto exacto donde te encuentras. Así que no hay escapatoria para nadie.
Estamos viviendo tiempos donde ya no se necesita entrar a patadas a determinada casa para saber lo que estás haciendo. Desde cualquier remoto lugar del mundo pueden estar presentes en tu casa a toda hora sin que tú te des cuenta.
Y no nada más te pueden espiar a través del teléfono, también lo pueden hacer desde la televisión de tu sala o de tu recamara, aunque no lo creas.
Uno de los hackers más importantes del mundo se llama Edward Snowden, quien ganó mucha notoriedad en el 2013 por filtrar información clasificada y de seguridad nacional estadounidense a varios medios de comunicación. Hoy vive exiliado en Moscú. Dice que no hace falta cometer crímenes para ser espiado, pues su gobierno, EEUU, vigila a la ciudadanía a través de las comunicaciones digitales.
Snowden, reveló cómo los servicios secretos de EEUU y del Reino Unido, están invirtiendo una gran cantidad de dinero en tecnología para vigilar masivamente las comunicaciones privadas de los ciudadanos.
Si has notado que tu teléfono se apaga y se enciende solo, es que algo raro está sucediendo dentro de él, y más vale que tengas cuidado. Una vez encendido pueden activar el micrófono del aparato para escuchar todo lo que está sucediendo a tú alrededor.
El encendido momentáneo puede servir también para activar la geolocalización, que permite seguir tus pasos con mucha precisión.
Si intentas descubrir lo que le están haciendo a tu aparato, se activará una herramienta que protege el sistema de los intrusos para que tú no los localices. Es una manera de protegerse ellos.
Snowden, dijo hace tiempo que para introducirse a un celular, los servicios de inteligencia utilizan un mensaje sms que pasa desapercibido para cualquiera, así de fácil. Técnicamente se le llama a eso un “exploit". Es un mensaje diseñado como cualquier otro, pero cuando llega a tu teléfono se oculta y no lo puede detectar ni el antivirus más poderoso.
En realidad, cuando compras un teléfono celular no es para que tú lo uses, sino para que el gobierno disponga de él cuando quiera y a la hora que quiera.
¿Quedó claro?

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martes, 4 de julio de 2017

El fútbol de la semana pasada

Creo que el jueves o el viernes de la semana pasada hubo un partido de fútbol entre México y Alemania, dizque muy importante. Partido casi de vida o muerte, porque hasta en Ciudad Administrativa, los mismos funcionarios públicos les pusieron a los trabajadores una pantalla, una lona y unas sillitas para que pudieran disfrutar del mediocre equipo mexicano. Fíjense nada más, en horario de trabajo pusieron a los trabajadores frente a la tele como si se tratara de una tarea.
Días antes a ese partido de fútbol, escuché a varias personas decir que el equipo mexicano era de lo mejor. ¡Lo que es el fanatismo!, o tal vez, la poca cabeza que tienen los futboleros para ser dominados por las empresas patrocinadoras que los obligan a poner sus esperanzas en nada.
El día del partido me tocó ver en un establecimiento comercial, que la gente se arremolinaba frente a los televisores. “¿Qué pasaría?”, me pregunté, pero con unos pasos adelante me di cuenta que se trataba de unos hombres que se pasaban una pelota de un lado a otro.
Vaya, me dije, creí que veían algo más importante.
Me imagino, porque no vi el partido, que cuando México hacia una jugada magistral o se acercaba a la portería del contrincante, la gente gritaba y levantaba los brazos.
Ya rumbo la casa, después del juego, vi algunos cristales de aparadores de establecimientos comerciales que estaban bien mantecosos por tanta cabeza encima.
Hace rato, justo cuando estaba yo pensando qué escribir para este día, me encontré una nota periodística que dice: “Las derrotas duelen, pero también dejan enseñanza, y son parte del camino al éxito.” ¿Cuál éxito?, me dije. Solo por ese encabezado me chuté toda la nota. En esa información se habla de las derrotas en la historia de la selección mexicana, y refiere los años desde el 2002 hasta 1993. A lo largo de todo ese periodo son puras tristezas y puras vergüenzas. Pero en esa nota tratan de domesticar a la agente futbolera para hacerles creer que ir de derrota en derrota es un éxito, cuando en realidad México nunca ha ganado nada, y ni ganará nada en los próximos años, pues su curriculum futbolero no dice nada brillante.
También me encontré unos comentarios verdaderamente lastimosos que quienes los escribieron, lo hicieron desde el fondo del corazón pero dan al desagüe de la mediocridad. Sólo les reproduzco dos de ellos: “Así es el fútbol, a veces ganamos, a veces perdemos. Vamos a aprender de nuestros errores para volver más fuertes, mejorar, y luchar duro.”
Va otro: “Se apoya cuando se gana, se apoya cuando se pierde.”
¿Qué se puede decir ante estos comentarios?
Después de la relación de fracasos que se hacen del futbol mexicano, todavía la gente sigue creyendo que México tiene un equipazo de mucha calidad. Pero eso sí, muchos futboleros se sienten indignadísimos por los comentarios que hizo un periodista argentino de nombre Flavio Azzaro, quien dijo que el futbol mexicano es una mierda, y que los mexicanos no “saben jugar”.
Otro de los periodistas que se encontraba en el panel dijo que salvó “El Chavo del Ocho, no existe México”.
En parte estoy de acuerdo con esos periodistas argentinos. Si sabemos que el fútbol mexicano no sirve para nada, entonces, porque no mejor dedicarle el mismo esfuerzo que al fútbol, al montón de valores mexicanos que tenemos. Eso sí vale la pena exaltar. Eso sí es un buen alimento para nuestras vidas y no el fútbol que nunca le ha dado distinción al país, solo vergüenzas.
Si sigues pensando que no hay cosa mejor que el fútbol, ¡no manches!


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