No es huajuapeño quien no haya tragado caca
Hace años
publiqué en una de mis columnas un texto que titulé “No es huajuapeño quien no haya...”. En relación a ese
título, les hablaré del agua que llega a esta ciudad.
El líquido que recibe la
mayoría de las casas de Huajuapan es verdaderamente preocupante. No solo por la
falta de continuidad en el abastecimiento, sino por la ausencia
de saneamiento y por la poca información que las autoridades municipales han
proporcionado sobre la pobre calidad que envían.
La calidad del agua es una auténtica violación al derecho
humano y una agenda que urge resolver.
Se pueden
argumentar mil razones por las que no se ha hecho nada al respecto, como explicaciones presupuestarias, que las tarifas no son suficientes…
Lo cierto es que siempre hay otros intereses políticos, como poner en primer lugar
un “pozolito en Huajuapan” que luchar por lo importante.
El agua que recibe Huajuapan y comunidades cercanas a la Presa Yosocuta,
no sólo es el saneamiento, sino otros derechos: la salud y la alimentación.
Han pasado
varias administraciones municipales y ninguna de ellas se preocupó por este
tema tan importante. No lo hicieron porque el trabajo del agua es oculto, se
hace por debajo de la tierra, y eso no le da brillantez al político.
Afortunadamente
ya están disponibles casi 30 millones de pesos para este tema, pero si el
presidente municipal Martín Aguirre, sigue afanado con su “pozolito” para sus
invitados, Huajuapan va a seguir tragando caca.
Al agua contaminada tenemos que agregarle otro dato: por donde circula
el agua no existe tubería alguna. Hace muchos años, antes de que se inventara
la tubería de cobre o galvanizada, el agua se llevaba a través de un tubo de
lata. Ese tubo cumplió su vida útil, pero dejó el hueco por donde pasaba la tubería,
y ahora viaja el líquido sobre la tierra. Increíble, ¿no?
Pocos saben que bajo las calles que transitas todos los días, existen
unas cavernas que en cualquier momento se pueden vencer ante el peso y el paso
de los autos. Increíble también, ¿verdad?
Cuando esa agua busca camino para llegar a tu casa se pierden miles de
litros y, además, la recibes contaminada, como ya es sabido, y con
residuos de metales y tierra. Lo que quiere decir que recoges un líquido
bastante pobre en calidad, situación que viola los derechos humanos.
El marco internacional de los derechos humanos establece la obligación
de los estados o de los municipios de cumplir, proteger, defender y promover
los derechos humanos.
El derecho humano al agua lo establece la Constitución; esto quiere
decir que el uso del agua es prioritario para consumo humano, que debe estar
disponible, accesible, de calidad y aceptable, lo que significa que debes
recibir agua sana.
La Constitución establece que los municipios son los responsables, pero desgraciadamente
hay un serio abandono en este tema.
En caso de resolverse parte de este problema en Huajuapan, lo más seguro
es que se desatiendan otras poblaciones que tienen los mismos o peores
problemas con el agua. Ellos son San Marcos Arteaga y San Francisco Yosocuta.
Siempre es lo mismo, las zonas alejadas tienen menos prioridad que las urbanas.
Los que viven en las periferias tienen menos prioridad que los que viven en la
parte central de las ciudades.
El caso del agua en Huajuapan es bastante preocupante, y los millones de
pesos que se tienen programados para solucionar este asunto, solo una parte de
los habitantes recibirá una solución en el goce de los derechos humanos.
Hasta este momento el
agua que produce el Sistema de agua
potable y alcantarillado de Huajuapan (SAPAHUA) no cumple con ninguna norma oficial
mexicana emitida por la Secretaría de Salud, ni con el Reglamento interno de
los Servicios de Salud de Oaxaca.
El agua que llega a Huajuapan de la planta de Yosocuta, rebasa en mucho
los límites permisibles por sus diferentes componentes, esto es: el agua que
llega a las casas no es apta para el consumo humano.
De acuerdo
a los resultados del agua que tengo en la mano, y que estos estudios fueron
realizados por el mismo gobierno del estado de Oaxaca, dicen que el agua que
llega a gran parte de la ciudad de Huajuapan y comunidades aledañas, están cargadas
de exceso
de materia orgánica y nutrientes.
Esa agua con todos sus
componentes nocivos y que la están bombeando constantemente hacia las tuberías,
lleva un olor fétido que se percibe al abrir la llave. Eso es por la gran
cantidad de materia orgánica que acarrea.
La carga que lleva esa agua,
la recibimos con elementos como nitrógeno, fósforo y potasio. Esto es lo que se
les da a los consumidores, y estos la reciben amablemente y hasta la pagan.
Cada vez que se le dice
al pueblo que el agua es clorada, se crea otro problema más grave: el cloro
produce cloramidas y cloratos, y eso es dañino para el cuerpo humano.
El problema de
contaminación que vive Huajuapan no es nuevo, comenzó desde que se empezaron a
descargar las aguas negras al río de los pueblos que echan sus desechos a la
cuenca que llega a la Presa. Esas descargas han aumentado la contaminación del
agua que se distribuye a la ciudad.
El problema de salud es
bastante fuerte porque hay brotes epidemiológicos a causa de esta agua que
contiene elementos fuera de lo normal.
Con esa agua contaminada
se lavan los alimentos, frutas y verduras, y los residuos han provocado brotes
de hepatitis. La hepatitis es una reacción del hígado. El hígado se afecta por
los productos químicos, no es que sea un virus, es una reacción química.
La hepatitis C es un virus
que provoca un mal funcionamiento del hígado por el ataque químico, elementos
químicos disueltos en el agua.
Si en los próximos días
se echan a andar los remedios para la planta tratadora con los casi 30 millones
de pesos, no servirá de nada si no se combate la contaminación mineral o los elementos
químicos que provocan reacciones en el hígado de los consumidores.
Por más lana que se le
meta al asunto no se va a resolver la eliminación del nitrógeno ni del fósforo ni
del potasio, porque son elementos, hasta cierto punto, no degradables.
Se tienen que tomar acciones
determinantes para que los Municipios —los que están arriba de Huajuapan y a
las márgenes de la cuenca—, limpien sus aguas antes de verterlas al río, de lo
contrario, el problema persistirá.
De nada servirán los millones
de pesos que se le piensan inyectar al problema del agua si no se tiene un
acuerdo con todos los pueblos antes mencionados.
Si no se llega a ningún
acuerdo con los pueblos, Huajuapan seguirá tragando caca.
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