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jueves, 29 de abril de 2021

El delito juvenil tiene permiso en Oaxaca

Estamos en Oaxaca, y en Oaxaca es permitido que los jóvenes puedan hacer cualquier cosa. Por ejemplo, aquí, delinquir es una actividad cotidiana. Aquí no se necesita pertenecer a un cártel o al crimen organizado para cometer delitos y abusos. 

Sucede esto porque la autoridad, el gobierno de Alejandro Murat, ha renunciado a su responsabilidad: la de brindar seguridad a los ciudadanos.

Los normalistas están preparados para cometer tropelías, delitos tipificados, mismos que son ignorados por la autoridad, además, solapados por la inactividad gubernamental.

El lunes de esta semana, el gobernador afirmó que no se va a aplicar la fuerza pública: “porque este es un gobierno que habla, y a través del diálogo construye las respuestas. En los temas sociales, continuó, y especialmente con los jóvenes, nunca vamos a aplicar la fuerza pública”.

Así pues, La vida de miles de oaxaqueños y no oaxaqueños, ha estado subordinada a estos grupos de jóvenes delincuenciales que se hacen llamar estudiantes normalistas, mismos que son comandados por la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

El robo a comercios, la destrucción de mobiliario público, el secuestro de camiones de transporte colectivo, y de empresas particulares cargadas de productos, así como la agresión física a compañeros reporteros a la vista de la policía estatal y municipal, les dan espacio suficiente para hacer lo que se les pega la gana.

A este gobierno, es a quien menos le importa los nudos del tráfico que se hacen con los cierres de calles. Tampoco le importa que los seudo estudiantes aprovechen el amontonamiento de vehículos para robarles a los conductores lo que llevan a la vista. En fin, a nadie le importa que los automovilistas tengan que esperar todo el día, encerrados en sus automóviles hasta que puedan avanzar. Hay que recordar que la ciudad de Oaxaca es de las pocas en el país que carece de vías alternas.

Por el bloqueo al acceso al Aeropuerto internacional de esta ciudad, las líneas aéreas cancelaron más de 80 vuelos el día de ayer miércoles.

El permitirle a los normalistas que hagan cualquier cosa en la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados, seguramente es para que los oaxaqueños estemos felices, felices, felices, como dice López Obrador.

El que hayan secuestrado docenas de vehículos y que el gobernador Alejandro Murat, diga que a los jóvenes nunca se les va a aplicar la fuerza pública, es algo muy similar a los “abrazos y no balazos”.

Ahora sabemos que estos secuestradores son víctimas, por eso, funcionarios de este gobierno se sentaron a negociar con ellos durante más de nueve horas, y donde, seguramente, los estudiantes les hablaron desde sus privilegios.

Lo que más molesta, supongo que a mis compañeros reporteros también, es que quienes los golpearon frente a las exoficinas del IEEPO, se han de estar carcajeando.

La delincuencia juvenil se enseñorea en Oaxaca, tiene permiso, pues. Parece que tampoco podemos aplicarle a estos jóvenes un fuchi o un guácala. Los oaxaqueños estamos indefensos.


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martes, 27 de abril de 2021

Dinero por un voto a favor de Neri

Nadie sabe exactamente desde cuándo comenzó la descomposición de Morena, bueno, si se sabe, pero lo cierto es que, en la entidad oaxaqueña, las campañas políticas se han agudizado descaradamente con fines electoreros. 

Ayer circularon unas fotografías en las redes sociales donde supuestamente, brigadistas de Morena, ofrecían dinero a vecinos de diferentes colonias para comprar el voto en favor de Francisco Martínez Neri.

Algunos de los vecinos visitados aseguraron haber recibido la promesa de que si juntaban determinada cantidad de gente, podría recibir dinero, o herramientas, o costales de algún producto para sus tierras, en fin. El recibir algunos de estos productos o dinero en efectivo, depende de la habilidad del líder de la colonia o de la generosidad del joven que va al frente de los brigadistas.

En realidad no son brigadistas de Morena, si no que forman parte del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, a quienes se les paga mensualmente 4 mil 310 pesos. Este dinero, según, es para la reactivación económica, pero está dirigido a jóvenes que no estudian ni trabajan y que tienen de 18 a 29 años de edad, y que al momento de registrarse, inmediatamente inicia su curso de capacitación.

Algunos jóvenes con los que tuve oportunidad de platicar, me dijeron que en lo único que los han capacitados, es en recorrer las calles de diversas colonias para preguntarle a los electores, qué necesidades tienen en la colonia. En su segunda vuelta, les llevan el periódico regeneración de Morena, y anotan los datos personales de la persona que recibe el panfleto. En la tercera vuelta, es donde se le hace la propuesta a líder de la colonia o de la calle, si está dispuesto a recibir mil pesos o más por cada una de las personas que logre juntar para que acuda a hablar con ellos Francisco Martínez Neri.

Además, a estos jóvenes del programa Construyendo el Futuro, se les enseña a mentir: les dicen que la gente debe reconocer que es gracias al presidente Obrador, que México tiene vacunas. O que nuestro país fue el que inició más temprano en el mundo con la dosis. Los jóvenes respaldan su dicho con lo que viene en el periódico Regeneración del mes de abril de este año.

Pero todo esto viene a cuento por la fotografía que circuló ayer en las redes sociales, donde unos jóvenes con el logotipo de Morena acuden casa por casa para obtener datos personales de los posibles electores.

Todos los hemos visto o han tocado a nuestra puerta estos jóvenes que cobran por desempeñar esta labor. Esta acción no va con las palabras de Andrés Manuel López. El ofrecimiento de billetes o de productos choca con su discurso moral.

Por otro lado, habrá que preguntarse: ¿qué hacían de escoltas dos policías municipales tras de estos jóvenes brigadistas? Lo cierto es que la protección por parte de la policía municipal, apunta hacia una muy buena relación entre el presidente municipal Oswaldo García Jarquín y Francisco Martínez Neri.

Es probable que el presidente municipal de la ciudad de Oaxaca, guarde silencio ante este hecho, ya que es un acto de corrupción. Lo mismo pasará con los elementos policiacos: nadie los investigará porque siempre hay compromisos ocultos entre la autoridad y el candidato del mismo partido.

Si Martínez Neri, en complicidad con el presidente municipal de la ciudad de Oaxaca, pretenden conseguir votos a través de regalos, quiere decir que saben que solo así pueden obtener el apoyo del pueblo.

En realidad, somos lo que hacemos. Así que es mejor que ambos, dejen a un lado el discurso moral y se asuman como gente populista, si es que les falta pasión por la ciudad de Oaxaca.

 

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jueves, 22 de abril de 2021

Recursos discrecionales de Alejandro Avilés

La entidad oaxaqueña tiene un sistema de reglas laxas y poco claras, y solo por eso, queda anulado su sistema democrático. 

Los municipios de usos y costumbres casi siempre son los más gustados por los funcionarios públicos para llevar a cabo sus negocios nada claros.

A los presidentes municipales les hacen creer que si participan en este importantísimo juego de recursos, quedarán libres de cualquier auditoría y, además, nadie podrá acusarlos de corrupción.

El gobierno estatal, el de Alejandro Murat, encontró una forma de triangular recursos para las campañas políticas del PRI, sin que queden rastros de cómo viajó el dinero de un punto a otro.

26 municipios de la entidad oaxaqueña, recibieron en el 2020, un total de 169 millones 820 mil pesos del Fondo de Saneamiento Financiero.

Este fondo, supuestamente, es para que los municipios puedan cubrir adeudos de administraciones pasadas, o puedan realizar diversas obras, o si lo dispone el presidente, puede quedarse con todo ese dinero.

Esto es un convenio que se hace entre la Secretaría de Finanzas, y el municipio. Es un convenio político, no financiero, en realidad.

Cuando el municipio recibe esos recursos, sabe perfectamente que tiene que reintegrar entre el 60 y el 80% a un operador de mucha confianza del diputado Alejandro Avilés Álvarez.

Los municipios participantes deben ser de mucha confianza del gobierno del Estado, o donde el presidente municipal tiene el control absoluto de su cabildo, o donde no hay ninguna oposición, y los integrantes del cabildo están totalmente de acuerdo para entregarle a la Secretaría de Finanzas, el acta de cabildo donde se decidió hacer obras que cubran el monto recibido. 

El acta de cabildo es como la factura de las obras, y con ese documento, la Secretaría se despreocupa de hacer cualquier investigación sobre si ocuparon o no ese recurso para tal fin.

Por ejemplo, el Municipio de San Juan Yucuita, donde viven 643 personas, recibió 8 millones de pesos. Si dividimos esta cantidad entre el número de personas que allí residen, les tocaría a cada una de ellas 12 mil 441 pesos.

Pero, ¿cómo es que regresa ese dinero a manos del diputado Alejandro Avilés? Cada municipio debe de regresarlo en efectivo. Muchas veces hacen convenios con las constructoras para que éstas realicen obras simuladas. Es así como poco a poco, y de acuerdo a cada obra terminada, va regresando el efectivo a las manos de Alejandro Avilés, hasta completarle entre el 60 y el 80% que haya recibido el municipio. De esta manera no hay rastro y nadie sabe dónde quedó la bolita.

Otros presidentes le entregan el dinero en efectivo a quien hace la gestión. Los mismos gestores son los encargados de indicarles a los presidentes municipales o al cabildo, qué documentos deben firmar, para con esa seguridad, llevarse la lana.

Hay otros gestores que piden el token de seguridad para hacer las transferencias de una cuenta bancaria a otra.

Se observa en el cuadro adjunto, la mayoría de los municipios son gente de confianza del diputado Avilés.

Aparte de ocupar este dinero para las campañas políticas, también tiene otra función: ablandar a los diputados, principalmente a los de Morena, para que aprueben algunas iniciativas del gobernador.

La intención de este diseño llamado “Saneamiento financiero” se hizo para proteger a los secretarios del gobierno del Estado. Antes, este dinero se lo cargaban a CAO o a SINFRA, o a otras dependencias, y de allí sacaban el dinero para las campañas y otros caprichos.

Al que se le ocurrió este sistema, dejó de exponer a los secretarios, amigos del gobernador, y ahora expone a los presidentes municipales. En caso de que estos sean descubiertos, no tendrían nada qué embargarles. Pero de todas formas, la bronca sería para el presidente y su cabildo.

Tarde o temprano esto puede pegarles a algunos municipios, cuando les llegue alguna revisión por parte de algún órgano de fiscalización.

La mayoría de los presidentes no saben que lo que recibieron son recursos extraordinarios, y que tienen que comprobarlos; y no es como les han dicho: que no tendrán ningún problema. El acta de cabildo no hace la función de una factura, aunque para la Secretaría de Finanzas, si tiene esa validez, pero para algún órgano de fiscalización, ese documento no vale nada.

Ahora ya saben, presidentes municipales, cuáles son las consecuencias que pueden tener ustedes y su cabildo.

 

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viernes, 16 de abril de 2021

¿Dónde está el auditor del OSFE? La 64 legislatura lo requiere

A finales de octubre del 2017, los legisladores de la 63 legislatura local estaban por desaparecer la Auditoría Superior del Estado (ASE), y crear el nuevo Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO). Al mismo tiempo, buscaban designar a un auditor y tres subauditores. 

El cambio tenía una explicación sencilla: estaban llegando muchos recursos económicos al gobierno del Estado por los sismos que acababan de afectar a gran parte de la entidad oaxaqueña, y el único organismo que podía vigilar ese dinero, era la ASE ― el OSFE todavía no existía ―.

Los diputados ya tenían al hombre idóneo: al contador público Guillermo Megchún Velázquez, maestro de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Chiapas. Los diarios de aquella entidad lo conocen como “El corrupto”.

En el sexenio de José Murat, Guillermo Megchún, se desempeñó como contador mayor de hacienda y secretario de finanzas. En ese cargo se negó a fiscalizar la cuenta pública 2000, 2001 y 2002, lo que originó una controversia constitucional promovida por la Cámara de Diputados del congreso federal en contra del gobierno de Oaxaca.

Hoy, la entidad oaxaqueña está pagando la sumisión de los diputados de la 63 legislatura local, pues con la llegada del “auditor carnal” al OSFE, se soltaron los demonios de la corrupción, y hoy están desaparecidos Mil 361 millones 452 mil 082 pesos con 93 centavos.

Por los diputados de la 63 legislatura que tanto defendieron la llegada de este contador, hoy vemos las consecuencias de su pobre y nulo desempeño en ese organismo. Tan es así, que la presente legislatura, lo reprueba y le devuelva las cuentas públicas del 2018 porque la auditoría está muy mal hecha.

Al ocupar la titularidad del OSFE, Megchún, ignoró a todos sus sub auditores, y delegó toda la responsabilidad en el contador Heriberto Paredes de los Santos. Esta persona ostenta el cargo de Auditor especial de seguimiento e investigación a municipios. Pero sus facultades no están limitadas a los municipios, porque su poder abarca todas las áreas de este organismo. Él es quien decide qué municipios solventan y cuáles no.

A tres años y medio de la creación del OSFE no se tiene claridad sobre lo que se ha hecho allí. Puedo asegurar que al día de hoy, no han promovido un solo expediente de responsabilidad administrativa en el tribunal de justicia administrativa, y el responsable de esa omisión es el contador Heriberto Paredes.

Por otro lado, al auditor Guillermo Megchún, no se le ha visto en esas oficinas desde hace más de un mes. Sería muy sano que se informara el estado de su salud, y también, que dé una explicación de su ausencia al Congreso del Estado.

La 64 legislatura local le pide al OSFE que proceda penalmente contra todos los municipios o responsables de este desfalco, y al no hacerlo, permite pensar que el mismo auditor, Megchún, se dio la libertad de negociar con los presidentes municipales para que pasaran sin ningún problema el año 2018. Seguramente nunca se imaginó que la Comisión de vigilancia con la unidad técnica del congreso, le iba a pedir cuentas.

Por primera vez en la historia de Oaxaca, un Congreso local le hace la pregunta al auditor sobre ese dinero desaparecido, más de mil 361 millones.

Lo curioso de este asunto, es que muchos de estos presidentes municipales que nunca solventaron ese periodo, ahora van en busca de otro cargo de elección popular, tal vez, para hacerse inmunes.

Les dejo el informe de resultados de los 74 municipios auditados.

 

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miércoles, 14 de abril de 2021

Deficiente auditoría del OSFE: Congreso del Estado

La 64 Legislatura Constitucional del Congreso del Estado de Oaxaca, le ordena al Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO), le presente la revisión clara y precisa de los 74 municipios auditados en la entidad. 

El OSFE, al entregarle las cuentas a la Comisión Permanente de Vigilancia del Órgano Superior de Fiscalización del Estado, ésta, le pide al OSFE, investigue nuevamente sobre los miles de millones de pesos desaparecidos.

Según el OSFE, muchos de los municipios aparecen como solventados, o que ya tienen resuelto su problema, o que ya están libres de toda angustia, cuando la Comisión permanente de vigilancia le dice al OSFE lo siguiente: “En nuestra opinión el Informe de Resultados de la Fiscalización de las Cuentas Públicas Municipales 2018, NO CUMPLE con lo establecido en la Ley de Fiscalización Superior y Rendición de Cuentas para el Estado de Oaxaca”.

Si hacemos una revisión de los municipios auditados, podemos tomar el caso de Cosolapa. En este caso, el OSFE, dice que a este municipio solo le falta por comprobar 11 mil pesos. Creo que todos sabemos que la administración de Gustavo Díaz Sánchez, (mejor conocido como El Gato), fue de las peores en toda la entidad. Díaz Sánchez, ha sido tres veces alcalde de Cosolapa, y dos veces diputado local. En el 2018, tema de esta auditoría, El Gato, formó parte de la Comisión de presupuesto y programación.

Esta puede ser una de las razones por lo que la Cámara de Diputados le pregunta al OSFE: ¿por qué a determinados municipios les pones algo simbólico, cuando en el tema financiero ni en el de cumplimiento ni en el de desempeño mostraron buenas cuentas? La mayoría de los 74 municipios auditados, gastaron dinero a manos llenas y ni siquiera presentaron facturas.

En el decreto aparecen tres tipos de auditorías: la financiera, que tiene que ver con las responsabilidades económicas, Las de cumplimiento y la de desempeño. Estas dos últimas son meras observaciones administrativas, pero de acuerdo a las gráficas, no cumplieron su plan de desarrollo o con sus metas trazadas para el año 2018. Con la de cumplimiento y la de desempeño, podemos saber qué tanto observaron las leyes, los reglamentos, las políticas, los códigos establecidos y otras disposiciones.

Por ejemplo, en el caso de Santiago Huajolotitlán, este municipio hizo obras que no están dentro de los lineamientos del fondo tres. Se puso a construir cocinas comunitarias, cuando en el 2018 no estaban contempladas, a menos que hubiera hecho un convenio con el DIF. Así como este caso, el resto de los municipios auditados están en la misma situación: fuera de todo lineamiento por desconocimiento de la ley, y ante esto, ahora tienen que regresar ese dinero porque en muchos casos presentaron obras ficticias.

La muestra auditada por el OSFE a los 74 municipios del año 2018, fue de 2 mil 268 millones 598 mil 439 pesos con 67 centavos. Y lo único que se observó: Un mil 416 millones 985 mil 641 pesos con 24 centavos. De esta cantidad sólo se solventó 55 millones 533 mil 558 pesos con 31 centavos. Lo que quiere decir que falta por solventar: Mil 361 millones 452 mil 082 pesos con 93 centavos.

Ante estos números se puede decir, que solo solventaron parcialmente 44 municipios, mientras los 30 restantes no solventaron absolutamente nada. Así que solo el 0.0392% son los que han solventado. No llegan ni al 1%. Esto es verdaderamente alarmante.

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