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jueves, 16 de abril de 2020

El coronavirus o el cloruro de magnesio

Seguramente han escuchado ustedes, que más del 80% podemos ser portadores del coronavirus sin ningún problema, sin embargo, el 20% restante, resultará bastante afectado. 
Pero por qué sucede esto. Esto no es más que el desequilibrio de la salud, y llegará irremediablemente a lugares donde haya un deterioro del organismo humano. Eso es la ausencia de salud.
En estos días del coronavirus, donde se han confirmado oficialmente hasta ayer 9 de abril, 3,441 casos y 194 decesos, se pueden encontrar en las redes sociales un montón de recetas para curar este mal. Puede ser que alguna de ellas verdaderamente sirva para tal fin.
Lo cierto es que, a pesar de todas estas recetas, el número de muertos a causa del COVID-19 sigue aumentando día a día.
Entonces, ¿por qué a unos sí, y por qué a otros no les afecta?
Las recomendaciones principales para detener el coronavirus, es lavarse las manos, no tocarte la cara, y en fin. Además, dentro de las recomendaciones, está el comer sanamente con frutas y verduras.
Vamos a suponer que tú consumes principalmente frutas y verduras, y a pesar de ellas, no puedes curarte de esa enfermedad crónica diagnosticada como incurable.
Las personas adultas, arriba de los 50 años, se habrán dado cuenta que antes no existían las enfermedades de hoy tan comunes, pero no se dan cuenta o no han investigado la razón de ese problema de salud.
A partir de que comenzaron a fertilizarse las tierras para una mayor producción, al mismo tiempo comenzaron los problemas físicos, pues lo que hace la fertilización a la tierra, es matar al cloruro de magnesio. Podemos consumir toneladas y toneladas de productos directos de la tierra, pero estos no traen el elemento principal que requiere el cuerpo: el cloruro de magnesio.
Aunque no lo quieras creer, nuestro cuerpo está hecho de tierra, y como tal, necesitamos comer lo que produce la tierra. Con esto queda claro que no venimos de otro planeta ni venimos del chango. Simplemente somos productos de la tierra, y si no consumimos el cloruro de magnesio, estamos fritos, estamos listos para recibir cualquier tipo de enfermedad, y debemos olvidarnos de todas aquellas leyendas familiares: de que como mi abuelo o mis padres tuvieron tales enfermedades, yo también soy heredero de las mismas. Esas cosas debes olvidarlas.
Lo que intento con este comentrio, es más o menos solucionar lo más preciado que tenemos: nuestra salud. Hay que tener en cuenta que la salud se ha convertido en un gran negocio. Para ser exactos, es el negocio más grande jamás conocido de la humanidad, pues todo el mundo, antes o después, será un “cliente”, y hará lo que sea con tal de recuperar su salud cuando esté en peligro.
Conozco muchas familias, entre ellas la mía, que tenemos muchos años consumiendo el cloruro de magnesio, y hasta la fecha no sabemos lo que es una gripa ni ninguna otra enfermedad. De ese tamaño es la riqueza de este insignificante producto que ha tratado de esconder la industria farmacéutica para que siga creciendo económicamente a costa del dolor humano.
El cloruro de magnesio no lo vas a conseguir en ninguna farmacia. Si quieres adquirirlo, comunícate conmigo.

Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro


jueves, 2 de abril de 2020

Las memorias y la de Obrador


Sabemos que las neuronas no tienen capacidad de reproducirse, pero desde el punto de vista fisiológico, existen dos formas principales de memoria: la memoria a corto plazo, en la que se almacenan datos temporales y luego se eliminan. Y la memoria a largo plazo, tiene una duración más prolongada y puede alcanzar toda la vida del individuo. 
Las neuronas no se reproducen, se nace con un cierto número de ellas. Unos traen más, otros menos, pero cada quien trae un buen bonche de neuronas en la tatema, y con esa cantidad se muere uno. Pero neurona que se daña, dañada queda para siempre. Cada neurona que muere, nace un vacío en la memoria y no existe modo de reemplazarla ni de suplirla.
Seguramente un día no lejano se podrán aliviar muchos tipos de enfermedades con sólo corregir algo del cerebro humano: como los casos de demencia, el párkinson, las perturbaciones mentales, etcétera.
Y qué es la memoria. Es la capacidad de recordar cosas pasadas. Ella tiene la capacidad de retener datos, información, identificaciones, en fin.
Hay otras memorias que las podemos comprar hasta por kilos, esto dentro de la informática. En ellas se pueden almacenar datos como en una computadora. Así que no nada más en los humanos existe la memoria.
Hay otro tipo de memorias, las USB, donde podemos almacenar infinidad de datos como música, programas, videos y libros.
Dicen que los elefantes gozan de una gran memoria. Hay cuates que presumen tener memoria fotográfica. Con ellas recuerdan exactamente los rostros o aspectos externos con muchos detalles.
Los niños de antes nos aprendíamos las tablas de multiplicar de rigurosa memoria. Sin embargo, los mismos maestros que nos exigían ese sistema, no nos permitían contestarles de memoria, en otras materias.
Los políticos cuando andan en campaña para determinado cargo, siempre prometen mucho, pero cuando llegan a la responsabilidad, justo en esos días, las neuronas donde estaban almacenadas sus promesas, se les funden y ya no hay manera de repararlas.
López Obrador es uno de ellos. Hace días dijo que dentro del plan de recuperación económica para enfrentar la contingencia del coronavirus se incluye bajar su salario y el de los altos funcionarios. Ojalá no se le olvide esta promesa.
En su mañanera de hace días, le pidió a los partidos políticos que de manera voluntaria entreguen el 50% de las prerrogativas que reciben, o lo que ellos decidan, para enfrentar la contingencia.
Con esto último, parece que al presidente se le volvió a fundir la memoria, como casi todos los días, pues se le olvidó la cantidad de dinero mexicano que ha regalado a otros países.
También se le olvidó, que todas las mañanas, él solito se encarga de echarle pleito a todo mundo, sin embargo, exhortó a una tregua de un mes, para que sus adversarios “le bajen una rayita”. Pero un día después, volvió a arremeter desde su púlpito mañanero.
La verdad, me he preguntado muchas veces si este señor no tiene neuronas o no tiene palabra. Se me hace que las dos cosas.

Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
horaciocorro@yahoo.com.mx

La fase 2 y los mayores de 60 años


A muchos nos gustaría saber quién fue el valiente que pudo someter al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que dejara de contradecir a los integrantes de su gabinete. 
Todavía, un día antes de que se anunciara que entramos a la fase dos de la lucha contra el coronavirus, el presidente le pidió a los mexicanos desde un restaurante oaxaqueño, que siguiéramos saliendo a la calle, porque según, somos bien aguantadores, y que él mismo nos iba a anunciar cuándo ya no salir a las calles.
Pocas horas después de haber subido ese vídeo a su cuenta de Tuiter, lo borró por la serie de críticas que hubo a su irresponsabilidad.
Por todos esos contrastes enormes y contradictorios, el pueblo de México ya no sabía qué hacer, cuando en el mundo entero se estaba diciendo y se sigue diciendo que estamos en un momento de terrible crisis.
La realidad es que el contagio y las muertes en nuestro país ya comienzan a contabilizarse. Dicen, los que conocen de esto, que la fase dos debió haberse tomado en cuenta desde dos semanas atrás, y no en la fecha que se dijo.
Pero el presidente ha seguido con esa lógica de relativizar el problema con tal de retrasar lo más posible las medidas sanitarias, y con eso amortiguar el inevitable costo económico que esta crisis va a desatarse en nuestro país. En otras palabras, él ve más barato un muerto que una atención médica.
Además, López Obrador, no tiene ninguna intención de presentar un paquete de estímulos económicos ni va a proteger el empleo. Lo único que se ha anunciado por parte del Secretario de hacienda, es que va a adelantar las becas y las participaciones a los estados para que puedan comprar equipo y tener listas las camas y los respiradores, según.
La semana pasada López Obrador firmó un decreto para que tanto en el sector público como en el privado, se les otorgue permiso a los adultos mayores para que puedan estar en su casa con goce de sueldo.
Si realmente se cumpliera este decreto presidencial, también se tendrían que ir a su casa los integrantes del gabinete, pero como los de la 4T nunca cumplen nada, se pasarán la orden por dónde todo mundo sabe.
Pero vamos a suponer que acatan esta disposición. Al irse a descansar, el país quedaría desgobernado, pues se iría la mayoría de los integrantes del gabinete.
Si comenzamos por el Canciller Marcelo Ebrard, este tiene 60 años; la Secretaria de Gobernación tiene 73; el de Comunicaciones y transportes 82; el doctor Jorge Alcocer, secretario de salud 74 años; Miguel Torruco, de Turismo 68 añejos; el Secretario de agricultura, Víctor Villalobos, 70; el Secretario de seguridad, Alfonso Durazo, 65; el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, 65; Manuel Bartlett Díaz, Director de la CFE, 84; el Secretario de la defensa, el General Luis Crescencio Sandoval, tiene 61; El Almirante José Rafael Ojeda, 66 años; El Jefe de gabinete, Alfonso Romo 69; el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, 80; el Presidente de la República, 66.
Como no van a respetar el decreto porque ni entre ellos se creen nada, pues todo va a seguir igual: en la serie de vaivenes y contradicciones de todos.

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¡Ni Benito Juárez mereció unas líneas!


Mucho ruido causó la muy reducida presencia de habitantes de la Sierra Juárez, en el evento que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador,  llevó a cabo el 21 de marzo en Guelatao, con motivo del nacimiento de Benito Juárez García.  
Un día antes, el presidente municipal de ese lugar, Federico Hernández Ramírez, emitió un comunicado a su comunidad, donde les dice que es importante conmemorar dicha fecha, pero que por la emergencia sanitaria, se limitará a un determinado número de personas.
Y efectivamente, los habitantes de la Sierra no se presentaron al evento donde estaría presente el mandatario de México. La no presencia de los serranos demostró que la decisión comunitaria es, y ha sido siempre mucho más importante que cualquier otra cosa, como el cumplirle los caprichos a Obrador.
Obrador lo dijo en la mañanera y lo reafirmó más tarde, que se iba a reunir con cientos, ya no miles, de oaxaqueños para conmemorar el natalicio de Juárez.
A pesar de que a este señor se le ha recomendado muchas veces que permanezca apartado de la gente para evitar un posible contagio, parece que le dicen lo contrario, o entiende lo contrario. Es más, como presidente se atreve a retar a todo mundo.
Antes de despegar en el avión que lo llevaría  a Oaxaca, le pidió a los mexicanos que no se paralicen, que eviten el alarmismo y el amarillismo. Prácticamente dijo que todo su equipo de gobierno está loco por alarmista y amarillista.
No contento con eso, en un restaurant, después de su recorrido en Oaxaca, le pide a los mexicanos no dejar de salir a las calles porque somos bien aguantadores y apenas estamos en la fase uno. Agregó que él mismo nos dirá cuándo ya no salir a las calles.
Seguramente la gente de la Sierra Juárez, sabe qué clase de presidente tenemos, por eso prefirió resguardase en sus casas que acompañarlo. El que la gente de la Sierra Juárez no acudiera a su evento, le molestó tanto, que poquísimos medios de comunicación nacional y estatal, apenas si mencionaron la conmemoración. Esta vez no fue como el año pasado.
Es más, López Obrador no sube nada a su cuenta de tuiter si no hay aplausos a su persona. Subió un video de una niña que le recita algo, a la cual se la quiere comer a besos, pero  no lo hizo por la “sana distancia”, dijo en su cuenta.
Parece que en esta ocasión los Serranos no se hicieron merecedores para ocupar unas palabras en su cuenta, y lo peor, tampoco Benito Juárez, al que tanto admira.


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