La actitud del Gobierno del Estado frente a Petróleos Mexicanos, se me hace que es la de un limosnero que se para enfrente a esperar a que el otro se digne mirarlo siquiera, en vez de exigir y obligar a PEMEX a dominar el derrame de crudo.
No cabe duda que el poder y el dinero se encuentran estrechamente entrelazados y se fortalecen mutuamente. Creo que ningún oaxaqueño nos escandalizamos por la corrupción, sino porque se hizo con tan poca discreción y con tanto descaro. A la administración gubernamental de Ulises, se le reconoce como la de los mejores y bien preparados mapaches, pero pésimos para la discreción en los dineros.
Todos los oaxaqueños sabemos que muchos de los políticos oaxaqueños que llegaron al poder con Ulises Ruiz y con José Murat, lo hicieron con fines de lucro personal; y esto ha sido una práctica tan generalizada y antigua que ha acabado por transformarse en uno de los componentes fundamentales de nuestra realidad.