Si un candidato, de los que buscan representarnos en la Cámara de Diputados o en la de Senadores, lleva una vida desgraciada, puede ser la desgracia para otros.
Esto es, si uno de los candidatos tiene una vida de fracaso, como en su vida matrimonial, por ejemplo, ¿cómo podrá conducir el encargo que la ciudadanía le otorga?, ¿cómo podrá responder cuando no ha sabido gobernar ni su casa?
Por estas experiencias, Oaxaca es lo que es, por los políticos que han hecho de nosotros, lo que ellos han forjado.