Basura electoral
Son muchas toneladas de basura las
que quedan aún después de las campañas electorales. Organizaciones ecológicas
como Greenpeace México, exige a los partidos políticos un plan de reciclaje y
la comprobación de su cumplimiento en un plazo de 10 días después de las
elecciones.
El retirar la publicidad
política, debería ser prioridad de todos los partidos políticos y candidatos
para evitar que llegue a los basureros y rellenos sanitarios; sin embargo, les
preocupa más los resultados y hacer especulaciones para los próximos gobiernos,
que descolgar sus plásticos de propaganda.
Así como se utilizaron las redes
sociales en estas campañas, ojalá se usaran para pedirle a los candidatos el
retiro de su basura electoral. Tal vez, con estos llamados, el candidato se
tome un tiempo para ir a bajar su difusión política, pues si le dan la
ubicación, no tendría pretexto para decir que no sabe dónde se encuentra.
Una cuenta de Tuiter o de
Facebook, serían una buena ventana para que desde allí se llamara al
excandidato para que mueva sus anuncios. De esta forma, con la participación de
la sociedad civil, se disminuiría la basura visual.
En una parte de la ley electoral,
habla de que se prohíben expresiones que calumnien a las personas con
propaganda negativa. Pero más bien, hubo una contaminación de basura oral. No faltaron
las descalificaciones mutuas entre partidos y candidatos, o señalamientos de
defectos del opositor, etcétera. Cuando estos contrincantes se encuentren en
algún sitio, no tengo idea con qué cara se van a ver. Es posible que ellos
mismos no soporten la pestilencia de toda la basura que se lanzaron en las
campañas.
Hace años, la oratoria era una de
las fortalezas del buen político. Hoy eso dejó de existir. La mayoría de los
candidatos perdieron definitivamente el arte de hablar con elocuencia, de persuadir
o de conmover mediante las palabras a sus electores. Lo más seguro es que los
candidatos desconozcan los tiempos de aquellos discursos inspiradores, por eso
hoy utilizan la palabrería. El lenguaje de muchos de ellos es bastante pobre, y
con eso, nos reflejan el tamaño de su capacidad para gobernar.
El poco interés que éstos tienen en
la ciudadanía, se refleja también en la dejadez que muestran en recoger su
basura publicitaria. Es más, ni el Partido verde se preocupa en el tema de la
basura.
La basura que todos generamos
podría ser una basura limpia si no se revolviera. Dicen que cada mexicano produce
en promedio entre 1.5 y 2 kg de basura diariamente. Esto representa 100,000
toneladas de basura doméstica cada día. La basura es sucia y pestilente
porque se revuelve, pero podríamos generar una basura limpia. Así de simple.
Si separamos la basura orgánica, se
crearían centros de composta que serviría para fertilizar camellones, parques
públicos, jardines, huertos, etcétera, y nuestra ciudad no estaría tan triste.
Pero bueno, vamos a aterrizar,
porque aunque sigamos soñando, la realidad es que seguimos con la basura
electoral. Un día toda la basura que producimos nos va a estrangular, y todavía
así, vamos a seguir pensando que la responsabilidad es "del otro”, y ése
es el que tiene que cambiar.
Creo que el tema ecológico nos
espera. Lo hemos olvidado.
Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
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