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martes, 26 de febrero de 2019

Ejercicio discriminatorio contra Yalitza


Quiero hablar de Yalitza, le dije a mi hijo Aldo, pero de lo que algunos medios están haciendo con ella: le han faltado el respeto y, por consiguiente, a su etnia y a los oaxaqueños.  
Es cierto, me dijo Aldo. Están haciendo con ella algo así como Planilandia. ―¿Qué es eso? ―le pregunté. ―¿Nunca leíste ese libro? ―No ―le dije―, o no me acuerdo de él.
Planilandia es una novela de muchas dimensiones, dijo, y me contó de lo que trata esa novela que tiene que ver con las matemáticas.
Les platico más o menos el resumen de ese libro que me hizo Aldo. Planilandia, es un lugar donde viven todas las figuras geométricas. Cada una de ellas tiene que esforzarse durante su vida para tener una línea más como recompensa a su voluntad.
Por ejemplo, si un cuadrado inventa algo, o lleva una vida honorable, o es creador de algo notable, le aparecerá una línea más a su cuerpo. Así, de ser un cuadrado pasa a ser pentágono (tendrá cinco caras). Y si como pentágono vuelve a hacer nuevas y sorprendentes cosas, le aparecerá otra línea, entonces pasa a ser un hexágono (de seis caras), y si vuelve a destacar, le nacerá una línea más para tener siete caras, entonces será un heptágono, y así sucesivamente hasta alcanzar la perfección que es el círculo.
La única figura que no puede transformarse es el triángulo isósceles (es el triángulo más angosto de su base). Estos triángulos son los que nacen para ser campesinos o soldados durante toda su vida.
En esa novela, me siguió contando Aldo, hay casos de triángulos isósceles que pueden cambiar su vida al triángulo perfecto: al triángulo equilátero (es el que tiene sus tres lados iguales). Pero para llegar a eso se operan, y al operarse pierden sus raíces y desconocen a su pueblo. Hasta aquí la historia resumida del libro Planilandia. ―¿Eso es lo que más o menos quieres decir de Yalitza? ―me preguntó. ―Sí, más o menos ―le dije.
Tal vez, no ha habido otra persona en el mundo que haya crecido tanto su fama y tan rápido, como el nombre de Yalitza Aparicio, la indígena oaxaqueña que participó en la película Roma, de Alfonso Cuarón.
Lo que no me gusta y no estoy de acuerdo, es que a Yalitza la han promovido los medios por su excéntrica condición de indígena, y por lo mismo, se le lleva y se le exhibe en todas partes.
A ella se le ha puesto en las primeras planas o en las portadas de las revistas de espectáculos más importantes del mundo, y le han querido construir una personalidad que no es la suya. Eso me parece una falta de respeto a la autenticidad de su persona.
Como en la novela de Planilandia, a Yalitza le nacieron unas cuantas líneas más. Ya le nacerán otras, cuando esté más cerca de la perfección, cuando esté más cerca de ser una actriz completa.
Pero si Yalitza sigue en esa rueda de la explotación, que me ha parecido un exceso, y ese exceso, ha sido una forma de ejercicio discriminatorio en contra de la mujer indígena. A ella se le escogió para la película, no por su talento, sino por su genotipo (es la información hereditaria de sus padres a ella).
Lo que de plano no me gustó (a ti nada te gusta, dirán algunos), es que en la revista ¡Hola!, la hayan transformado completamente: le agrandaron los ojos, le levantaron la nariz, le redujeron la boca y los pómulos, le alargaron el cuello y, le delinearon una cintura. Y lo peor, le cambiaron su color de piel. En este caso, parece que el símbolo más importante para ¡Hola!, es el color de piel. Se entiende que para que una persona sea digna de su portada, tiene que ser blanca. Eso es una agresión, no sólo a la personalidad de Yalitza, sino también para su etnia, y para los oaxaqueños.


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domingo, 17 de febrero de 2019

Leyendas del sureste


Desde hace un buen rato he querido hablarles de un libro publicado por Editorial Porrúa, que lleva el nombre de “Leyendas del sureste”. Por una u otra cosa he dejado pasar este libro desde hace varios meses.  
Algunos se han de acordar de aquel comentario que hice en este mismo espacio, cuando les hablé sobre un accidente sucedido en la curva de “La costilla del Diablo”, rumbo a Juxtlahuaca, Oaxaca, y donde murieron como 55 personas, entre ellos mis abuelos maternos y otros familiares. Dentro de esa historia les dije que a mí me enterraron también. ¿Se acuerdan?
Lo que sucedió en aquel lugar, un día se lo conté a Guadalupe Appendini. Eso sería como en el ’99. En ese entonces ella era la Directora de la sección cultural del periódico Excelsior, donde yo escribía. Lo que le relaté le impresionó tanto, que se me quedaba viendo como si quisiera descubrir otras historias dentro de la misma historia. Nunca me imaginé, que un día, ella escribiría ese recuerdo como una leyenda en su libro “Leyendas del sureste”, de la colección “Sepan cuantos…” Es el libro Núm. 743 de Editorial Porrúa.
Me enteré de la existencia del libro, porque un día me encontré al licenciado Heraclio Bonilla Gutiérrez, en un restaurante del zócalo de la capital de Oaxaca.
Mientras Bonilla Gutiérrez, escribía algo en un papel, me dijo: ¿ya leíste el libro donde hablan de ti, de tu muerte y de tu entierro? No, le dije. Búscalo, se llama “Leyendas del sureste”. En la tarde de ese mismo día me mandó la foto de la portada del libro.
Guadalupe Appendini estaba casada con Gabriel Vargas, el creador de La Familia Burrón. Y el libro está ilustrado con los famosos dibujos de don Gabriel.
Dentro de las leyendas que figuran en el libro, está mi historia que la señora Guadalupe tituló “Lloraron al muerto”. Aparece en la página 63, dentro del apartado de leyendas de Oaxaca. 
Ella crea a un personaje de nombre Flavio Gutiérrez Zacarías, quien relata todos los hechos ocurridos en “La Costilla del Diablo”. Desde la partida del autobús, hasta el entierro de mi cuerpo.
Les leo una parte de lo que aparece en el libro: “A eso de la una de la tarde, la noticia corrió por todo el país, un autobús con 60 pasajeros a bordo se había precipitado desde El espinazo del Diablo, la mayoría habían muerto.
“En la casa de la familia Corro Espinosa se lloró amargamente la muerte del más pequeño de sus miembros: Horacio, quien vivía en el Distrito Federal y cada ocho días, ineludiblemente hacía el viaje a su tierra, precisamente en esa corrida.
“Al conocerse la noticia, la familia de Horacio acudió de inmediato al lugar a donde concentraron los cadáveres: descubrieron con horror un cuerpo irreconocible, sólo un suéter rojo y pantalón de mezclilla sirvieron como referencia para saber que se trataba de su pariente; el rostro estaba totalmente desfigurado.”
Sigue la historia, y termina diciendo que es verídica y respaldada por Flavio Gutiérrez Zacarías. Y que la gente ya toma ese hecho como una leyenda, aunque hayan pasado apenas pocos años.
La historia tiene mucho de verdad y mucho de ficción. Es como el 50 y 50. Pero yo creo que, si no me hubiera cruzado ese día con el licenciado Heraclio Bonilla, no me habría enterado de que la señora Guadalupe me dedicó en su libro una parte de mi vida.
           
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miércoles, 13 de febrero de 2019

Dictamen del edificio de Micaela Galindo


Tengo en la mano el documento del Coordinador de protección civil y bomberos, José Antonio Ramírez García, que le entregó al ayuntamiento municipal de Huajuapan. Se trata de un estudio de factibilidad, que, supongo, la presidenta municipal Juanita Cruz Cruz, solicitó para conocer la “factibilidad” del edificio ubicado en la calle Micaela Galindo número dos, donde hoy se encuentran las oficinas municipales.  
Vamos por pasos. Empecemos por la definición de la palabra factibilidad. Factibilidad, según un diccionario gordo que tengo en la casa, dice que es la "cualidad o condición de factible", factible: "que se puede hacer".
Por esta razón, Ramírez García, le dirigió a la presidenta un estudio factible: de lo que se puede hacer en el edificio. Por eso le enumera algunos puntos, como, por ejemplo: Colocar señaléticas en cada una de las áreas. Colocar cintas antiderrapantes en cada escalón y desnivel. Habilitar rampas para personas con discapacidad. Colocar un directorio general en la planta baja, etc. Como podemos ver, Pepe Ramírez García, presentó algo de lo que se puede hacer en el edificio.
Seguramente, el Coordinador de protección civil y bomberos, hubiera presentado otra cosa, si la presidenta o su cabildo le hubieran solicitado un estudio de viabilidad. La viabilidad es la cualidad que por sus circunstancias, tiene probabilidades de poderse llevar a cabo.
Estas dos definiciones: factibilidad y viabilidad, son muy similares, pero sin entrar en discusiones semánticas o dialécticas, se encuentra en ellas una diferencia.
De haberle solicitado algo más exacto, como una valoración del riesgo y toma de decisiones, seguramente habría llegado a las manos de la presidenta, un documento que haría la diferencia entre el riesgo y el desastre. El riesgo colectivo o el riesgo público, porque el riesgo significa peligro en algún grado para todos los miembros de una comunidad propensa. Una vez que el riesgo es reconocido, implica que se debe hacer algo para reducirlo.
La confusión de términos y de pedimento que le hicieron a Ramírez García, es a consecuencia de la ignorancia en el lenguaje, y sobre todo, por no confiar en la gente que tienen a su alrededor. Se hubieran evitado la pena si le hubieran consultado al inteligente Secretario municipal Ulises Cuauhtémoc Reyes Martínez, quien dice saber griego y latín, y en varias ocasiones ha descalificado a la gente y la ha hecho sentir burro o burra en las redes sociales.
Pero así son las cosas, Juanita Cruz no confía en su Secretario municipal porque hasta los regaña y casi lo coscorronea públicamente.
Pero del documento que envía el señor de Protección civil y bomberos, hay dos puntos que me llamaron mucho la atención y que se me hacen muy peligrosos.
El primero es donde dice que se evite el congestionamiento en la zona de escaleras. Y el otro, es el "cierre permanente de la calle Micaela Galindo en el tramo comprendido entre las calles Antonio de León e Hidalgo donde se ubica el edificio antes mencionado, con el fin de salvaguardar la integridad física de los peatones ya que esta zona es altamente concurrida por personas tanto en el banco Banorte, la casa de cambio San Francisco y la Cooperativa Acreimex."
Tal vez por estos dos puntos que me parecen escandalosos, no se leyó el documento completo en la sesión de cabildo. Pepe García, no da razón alguna de por qué se debe cerrar toda la cuadra permanentemente. Pero lo que se puede traducir, es que al llevarse la presidencia municipal a la calle Micaela Galindo, es un completo riesgo. Ese es el razonamiento final.
La posición de Pepe en este documento es, simplemente: yo ya lo dije. Y al decirlo se desliga de todo. En caso de sismo, si el edificio se cae, el responsable será el Regidor de movilidad urbana Alejandro Rosales Olmos. Pues Pepe ya cumplió en decirlo, pero Pepe no se da cuenta que él es el encargado del tema y él mismo lo tiene que resolver, porque él es el responsable de Protección Civil.
Pero aquí también la Síndica municipal, Mayra Serrano González, tiene que ver, pues la acusa indirectamente, de haber rentado un edificio que no sirve.
El lenguaje del documento es muy sutil, pero cosa curiosa, Pepe Ramírez García, no se asume como director de protección civil, simplemente, suelta su responsabilidad para que los demás lo resuelvan.


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jueves, 7 de febrero de 2019

El carnaval


No cabe duda que cada año la envidia me corroe. Desde esta semana mucha gente se desplaza a los lugares de carnaval, no frente al televisor para verlo "en vivo y en directo" como dicen algunos, sino para ver los primeros desfiles de comparsas guapachosas y bulliciosas.  
El carnaval es el periodo de tres días que antecede al miércoles de ceniza. Durante estos días, todo es fiesta y diversión. Es reunión alegre y ruidosa. Carnaval viene del latín caro, carnis, carne, y tollere, quitar. En estas fiestas todo se quitan y todo se puede y muchos dicen que hasta se vale quitar.
Así pues, por esta razón, tengo que confesar, que a mí las fiestas carnavaleras nunca me han hecho mucha gracia que digamos. A lo mejor porque jamás he podido estar en Río de Janeiro, viendo, admirando al inmenso mulataje bailando y cantando con verdadero frenesí en las archifamosas escuelas de zamba. O porque tampoco he podido estar en Niza, donde el carnaval, dicen, es de antológica elegancia. Es más, ni siquiera en Veracruz, ni siquiera en Mazatlán, que es una versión bastante más modesta de las fiestas carnavaleras ya citadas.
En el puerto jarocho, a partir del 27 de este mes, se enseñoreará el rey Momo. Es cuando "se entierra el mal humor" y se desbordan los colorines: el rey Momo es el gesto exagerado o ridículo que se hace para divertir o provocar la risa. Todo esto, antes de que el miércoles de ceniza se presente y la fiesta se apague.
El miércoles de ceniza es el Primer día de la Cuaresma, se llama así por la ceremonia en la que el sacerdote pone ceniza en la frente de la gente católica, como símbolo de penitencia.
Me han contado que en Veracruz, se reúnen todos los gays del país, creo que esto es un tanto exagerado. Lo que sí es cierto, es que año con año, los carnavales se enriquecen, son más cuidados, mejor adornados los carros alegóricos, las comparsas son mejor vestidas, y las coreografías más vistosas, no sólo para menear el bote sin ton ni son ni a ritmo de borrachera.
En fin, la diversión no se hace esperar en las calles ni en las salas de baile. Y desde luego, lo que no puede faltar, lo que uno se pregunta siempre, que de dónde salieron esas muchachas bonitas, de veras, hermosas. Hay que aclarar que lo que digo no se trata de confusión con gays con campanitas.
Siempre he tenido ganas de ir a Putla, Oaxaca. Ahí también se hace un carnaval de película. Por cierto, inició hace ocho días, el domingo, donde unos tipos se disfrazaron de huachicoleros quemados. Seguramente muchos de ustedes los vieron en las redes sociales. Para unos fue motivo de risas, y para otros, de enojo. Pero lo de siempre, en todas partes siempre habrá diversos puntos de vista. Lo cierto es que mucha gente va a Putla para curar sus males. La curación está en el baile, el relajo y la diversión.
Hace días le pregunté a una señora que, si no iba a ir a Putla este año, como siempre lo acostumbra, pero me contestó que no, que prefiere quedarse encerrada en su casa, pues parece, me aseguró, que estamos viviendo en los tiempos de don Lucifer.

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miércoles, 6 de febrero de 2019

2, 4 y 5 de febrero


Cada que acudimos al calendario, inmediatamente, según la fecha, se nos viene la imagen del santo que se trata o de alguna fecha cívica, por ejemplo, para algunos el 2 de febrero representa la muerte de Ignacio López Rayón, secretario del cura Miguel Hidalgo. Estuvo presente en varias batallas, como en Puente de Calderón, y cuando cayó Hidalgo, López Rayón asumió el mando del ejército insurgente. 
Para otros, hoy se recuerda la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo. Documento que firmó México y los Estados Unidos en 1848, al final de la Guerra de la Intervención Norteamericana. Es cuando México cedió a los norteamericanos casi la mitad de su territorio, lo que hoy son los estados de California, Arizona, Nevada, Utah y parte de Colorado y Nuevo México.
Otros más recuerdan el natalicio de José Guadalupe Posada Aguilar, fue un grabador, ilustrador y caricaturista mexicano. Es célebre por sus dibujos costumbristas, folclóricas, y por sus ilustraciones de «calacas» o calaveras, entre ellas La Catrina.
Otros tantos recuerdan la muerte del Profesor Genaro Vázquez Rojas, a quien todos imaginamos su silueta gris al estilo Che Guevara y con gesto penetrante. Por cierto, el Mult utiliza esta imagen como una de sus banderas. El sábado, esta organización puso de cabeza a la ciudad de Oaxaca con su marcha de hipiles rojos. Así lo hacen cada 2 de febrero desde hace 38 años.
Pero si alguien olvidó alguna de estas fechas que les acabé de mencionar, seguramente no olvidaron el día de la Candelaria, la festividad de las velas. Les platico para los que no sepan de qué se trata eso. Ese día, la gente que en eso cree, lleva a bendecir sus ceras para después guardarlas. De esa manera las tiene listas para que antes de que el familiar se vaya a trabajar a sabritas, a pelar papitas, las tenga encendidas.
También, el 2, es propicio para campesinos. El campesino dedicó ese día a plantar matas de melón, jitomate, sandia, chile o lo que se le antoje, pues el día de la Candelaria es el más adecuado, dicen, para que se bendiga la tierra, en espera, desde luego, que no vuelva a caer una helada como las de hace días.
El 2 de febrero, también, es la culminación de una vieja costumbre que inicia con la rosca de reyes, y con la acción de sacar de ahí el muñequito. Esta costumbre se ha ido perdiendo porque ya son pocos los que saben el significado de "sacar el muñequito”.
El 6 de enero se parte la rosca de reyes, en donde se encuentran escondidos varios muñecos, y quien los encuentre en su rebanada, deberá pagar los tamales el 2 de febrero.
En este día no sólo se comen tamales, sino que se presenta al niño Jesús en la iglesia católica, 40 días después del nacimiento; es decir, el 2 de febrero.
Una tradición religiosa de ese día, es la vestir al niño dios durante tres años consecutivos. Hay muchas casas donde se dedican a vestir a esta figura. Antiguamente se hacía todo el ropaje a mano, pero en la actualidad casi se hace a máquina y se termina a mano.
Dicen que el primer año se le debe vestir de blanco, el segundo año se le pone huarachitos dorados, el tercer año, se le coloca sentado y casi siempre se le viste de rojo. En realidad, son tradiciones que invalidan la palabra de Dios.
El 4 de febrero, es día feriado, se traslada el Día de la Constitución, el 5 de febrero, a este día, para que los mexicanos no se estresen tanto. Falta el 14, que sin autorización muchos dejan de trabajar.
Sabroso ¿no?

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