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lunes, 26 de agosto de 2019

El regreso a clases


Seguramente hoy, muchos niños estaban durmiendo bien sabroso, babeando la almohada, cuando llegó la mamá a zarandearlos para que despertaran. 
Así es como seguramente inició el regreso a clases. Desde luego que no faltan las madres previsoras, quienes desde una semana antes se dieron a la tarea de despertar a sus hijos antes de lo acostumbrado, para que se fueran adaptando a la rutina.
A esta hora, a muchos estudiantes aún no les "cae el veinte" porque no quieren aceptar que las vacaciones terminaron; y que la hora de levantarse, de asearse y desayunar, será temprano. Al rato que estén más despabilados, se darán cuenta que otra vez están en clases porque ya vieron a sus compañeros de grupo.
A la hora del recreo van a intercambiar impresiones de lo vivido en vacaciones. Presumirán una nueva cicatriz como si fuera un trofeo de guerra, y también, lucirán sus nuevos útiles escolares.
Para fortuna de los padres de familia, ya no se pasaron la noche, como años anteriores, forrando libros con determinado papel y color, y sobre este, un forro de papel contact. Hay que recordar que los plásticos están casi prohibidos.
No faltan los maestros que le exigen al alumno, llevar específicamente un tipo de libreta para cierta materia, y a veces, les piden a los padres de familia, que sus hijos lleven una tableta electrónica.
En mis tiempos, lo más que nos pedían, era forrar las libretas con papel lustre, y hasta allí. Desde luego que no podía faltar nuestro nombre en cada libro y en cada libreta, de lo contrario, jamás se recuperaba.
Lo más que nos pedían los maestros, eran dos o tres cuadernos: uno de doble raya (para hacer caligrafía), uno de cuadrícula (para las operaciones aritméticas) y uno más de dibujo. Un lápiz, sacapuntas, borrador, un juego de geometría, crayolas, y un diccionario, eso era todo.
Las libretas de entonces eran, sin mayor presunción, que unas forradas de papel cartoncillo, o cuando más, de cartulina. Estas últimas tenían impreso a una tinta los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. En la contraportada tenía las tablas de multiplicar, que eran muy útiles a la hora en que la maestra preguntaba algo más que la tabla del dos o la de cinco.
Cuando salieron a la venta las libretas con hojas de colores, fue toda una revolución. Todos nos lanzamos por una.
Años después aparecieron las libretas de resorte. Lo bueno de estas es que podían servir para los hermanos menores cuando habían quedado hojas en blanco. Ésa era una manera, o sigue siendo, de ahorrarse unos pesos.
¿Se acuerdan del papel de estraza? Algunas veces, yo mismo me confeccioné mis libretas con ese tipo de papel. Las forrada con cartón y las ocupaba para dibujar. Hoy he visto un tipo de libretas más o menos igual, que las venden a precios altísimos.
¡Qué padre es recordar! Ya hasta me dieron ganas de regresar a la escuela.

Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro

jueves, 15 de agosto de 2019

La vialidad posible en Huajuapan


Caminar hoy por las principales calles de la ciudad de Huajuapan, no es lo mismo que hace unos dos o tres trienios. Antes, salir a la calle era una verdadera locura: te tenías que cuidar por todos tus costados. Todavía hay zonas así, pero creo que se solventarán. 
Los problemas del transporte y vialidad, repercuten mucho en la calidad de vida de quienes habitamos en la ciudad de Huajuapan de León.
Acabé de hacer un recorrido por las calles más conflictivas de la ciudad, y después de eso, el Regidor de Vialidad, Alejandro Rosales Olmos, me puntualizó algunos aspectos relativos a su área, como la modificación a algunas vialidades para aliviar los tradicionales problemas.
Pasaron varios responsables de vialidad municipal, e hicieron lo que creyeron. Hubo quienes mandaron a hacer estudios millonarios, porque pensaron que eso solucionaría el problema como una varita mágica.
Todos perdemos, diariamente, un número considerable de horas para trasladarnos a nuestros lugares de trabajo, escuelas, universidades, y demás destinos de actividad cotidiana, pero a pesar de las modificaciones a los sentidos viales que hicieron, nadie vio ninguna disminución a esa pérdida de tiempo.
Rosales Olmos, sin considerar a los partidos políticos gobernantes anteriores, se puso a estudiar cada uno de los proyectos y programas que sus homólogos anteriores dejaron en los escritorios, y de esos, echó a andar lo que hoy estamos viendo.
Seguramente muchos no lo saben, pero Huajuapan es de los lugares más conflictivos de la entidad en cuanto a vialidad: casi no cuenta con rutas alternas, sus calles son sumamente angostas, y no tiene ninguna calle que cruce a lo largo o a lo ancho de la población. Habrá que agregarle a esto el número de taxis que circulan diariamente.
Mientras la ciudad de Oaxaca cuenta con alrededor de 700 taxis, Huajuapan supera a las mil 200 unidades. Con esto nos podemos dar cuenta de la desproporción que hay entre una y otra ciudad. Meter en una ciudad que es tres veces más pequeña que la ciudad de Oaxaca, es una verdadera locura.
Y qué les parece si a esta cantidad de automóviles de servicio público le sumamos el número de vehículos particulares residentes y foráneos.
A seis meses de esta administración municipal, el regidor de Movilidad Urbana, Alejandro Rosales Olmos, ha tratado de remediar este exceso dentro de una comunidad que carece de vías rápidas, pues todas sus calles son estacionamientos, y lo único que se ha logrado con esto, es un grave deterioro ambiental por contaminación, lo que trae como consecuencia una disminución de la calidad de vida urbana y un incremento de las enfermedades respiratorias, entre otros perjuicios.
Huajuapan, definitivamente, no es una ciudad propia para el automóvil, por eso, debe sumarse a las ciudades donde un gran número de personas usan el transporte público, y solo un reducido grupo utiliza regularmente su automóvil. 
Ojalá en Huajuapan se siembre la costumbre de disfrutar a pie o en bicicleta la ciudad.
Y como les decía unas líneas arriba, como buen Huajuapeño, me fui a recorrer las calles en horas pico, para ver la saturación de vehículos en la esquina 16 de septiembre y Trujano hacia el zócalo. Afortunadamente eso ya desapareció. En toda esa área ya nos escuchan los claxonazos ni hay malos humores.
Desde que se comenzaron a usar los dos carriles, los automóviles circulan libremente hasta la esquina de la Casa de la cultura. Afirmar que circulan libremente, es un decir, porque los manejadores sienten la obligación de detenerse unos cuantos segundos para permitir el paso peatonal en la esquina de Colón, y otros cuantos segundos más en la esquina de la “L”. En este cruce, es donde más de 2 mil 700 personas atraviesan rumbo al mercado Porfirio Díaz. Tal vez sea el punto peatonal más importante de la ciudad.
La cultura del transeúnte que se ha creado en la ciudad, es sorprendente, solo el 2% de la gente, se cruza en medio de la cuadra.
La calle Jiménez, es otro tema. Sólo un carril se ocupa para circular, y el otro, sirve de estacionamiento. Esta calle nace en el entronque 5 de febrero y la calle Mina. Jiménez, más la primera cuadra de la calle Vásquez, nos puede llevar hasta el zócalo de la ciudad.
Después del estudio que hizo el regidor sobre el número de vehículos estacionados sobre esa arteria, resultó que sólo 6, a lo largo de toda la calle, pertenecen al mismo número de vecinos, el resto de los estacionados son de gente que llega al centro a arreglar asuntos a las oficinas públicas o privadas, o son de los mismos trabajadores del ayuntamiento. Así pues, los 6 vehículos cuentan con cochera.
No cabe duda que esta es una buena razón, me aseguró el regidor, para ocupar ambos carriles y el tráfico fluya y, como consecuencia, disminuyan los tiempos de traslado. Ojalá se logre este proyecto, aunque a veces hay obstáculos que impiden concluirlo, pues una de las personas que renta un local sobre la misma calle, se opone a la realización del mismo. Importante sería que decidieran, en este caso, los dueños de las propiedades, quienes seguramente tendrían más interés en la prosperidad de la ciudad.

Twitter: @horaciocorro
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horaciocorro@yahoo.com.mx

martes, 6 de agosto de 2019

Recorrido por la mixteca


 Con amor para mi terruño.

          Para muchos aún no terminan las vacaciones, y por eso, es buen momento para visitar la Mixteca. La mixteca es una región que en mayor proporción pertenece al Estado de Oaxaca. Se puede decir que es un estado de sentimiento, un lugar mágico y sensitivo. 
          La mixteca fue hecha por alguien para ser vivida, palpada, destacada, distinguida. Estamos sobre ella, al alcance de cualquier imaginación entre cerros neblinosos y llanos acalorados, entre mezquites, selvas y desiertos.
          Si caminamos un poco, nos toparemos con lo actual y lo histórico. Es extraordinario viajar por cualquier pueblo de la Mixteca porque significa recorrer toda una gama de emociones. Es muy difícil permanecer imperturbable ante sus pueblos y su gente, frente a sus montañas y lagunas, de cara a sus templos y zonas arqueológicas.
          Un recorrido por esta región, involucra al espíritu para que éste se vigorice, y después de la caminata, la sensibilidad no será jamás la misma de antes, ya que la conciencia quedará intranquila positivamente para siempre.
          La Mixteca nació para satisfacer las necesidades de expresión del caminante, del aventurero, del que busca los senderos de sí mismo, porque esta zona del Estado de Oaxaca creció alérgica a las comodidades y a los esquemas fáciles.
          Se han escrito muchos libros sobre la mixteca, y parece que todo este territorio está destinado a ser un ensayo de interpretación, de teoría geográfica, de hipótesis humana en un contexto social todavía en definición. Tan mágico para todos ha sido este lugar, que una y otra vez ha sido creado, ayer y ahora, como un campo de pruebas.
          La mixteca está dentro de cuarenta mil kilómetros cuadrados de cañadas y valles, de montañas y de costas, y donde se encuentra el sabor, el olor, el color, y el sonido a terruño. Está dentro de un marco de violentos contrastes geográficos, humanos, políticos, artísticos, históricos, culinarios...
          Aproximadamente 300 comunidades integran la nación mixteca entre horizontes parcos, amplios, limpia la atmósfera, atardeceres silenciosos o bullangueros. A la vuelta de cada camino, al término de cada brecha, la vista se recrea necesariamente en una iglesia, en algún río, en un lomerío pelón. Ningún sitio es igual al otro. Ningún pueblo es igual al otro; de ninguno se puede esperar idénticos resultados en su contemplación. 
          Lo curioso de todo esto, es que la Mixteca, que no termina en la mixteca, sino que se prolonga más allá de nuestro país como a Nueva York, California, Tijuana o al Valle de México, porque son sitios hasta donde los mixtecos han llegado con su maleta de cultura al hombro, en busca de mejores niveles de vida, y donde también realizan y revaloran la cultura mixteca.
          Entre hortalizas y bosques, antenas retransmisoras y lugares arqueológicos. Entre agua de cascadas, arroyos, y diques. Entre licor y arte culinario. Entre apretada sucesión de dinosaurios, campanas y serpientes que la imaginación ha encontrado en los peñascos de cañadas. Entre otras tantas cosas está el acta de nacimiento de esta gran extensión de tierra a veces generosa, a veces tacaña.
          Dentro de esta vasta zona encontramos arquitectura colonial, así como grutas, cuevas y cavernas, fiestas y ferias, museos, balnearios, ruinas, cascadas, ríos y lagunas, artesanía, y un sin fin de arte (sacro) o religioso.
          Para los que prefieren los lugares donde todo está dado en una bandeja de servicios y comodidades, de una vez les digo que la Mixteca no es para ustedes. En esta zona encontrarán lo inesperado, lo nunca oído, lo nunca expresado.

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sábado, 3 de agosto de 2019

Viene el garrote contra la libertad de expresión


Tal vez muchos de nosotros nos hemos puesto a pensar, cómo le hacen los artistas o los escritores cuando se deciden a crear alguna obra. Seguramente ninguno de ellos se ha sentado frente a su máquina, su papel, o frente a su lienzo, y diga que va a forjar una obra para la eternidad. 
Lo normal es que escriban, esculpan, compongan, pinten para el pequeño grupo que forma su entorno. Por ejemplo, Rafael, pintó para sus Papas; Wagner, Moliere, escribieron para sus reyes; Horacio, para sus Mecenas.
Es seguro que los primeros espec­tadores de esa época que salieron de alguno de los estrenos de las obras de esos hombres, ni remotamente supusieron que habían visto algo mundial y para siempre. Tampoco puede pensarse que los primeros lectores del Quijote, se dieran cuenta de la trascendencia de lo que acababan de leer.
Tal vez, ni Juan Rulfo, al publicar "Pedro Páramo”, ni Gabriel García Márquez, ante la primera edición de "Cien años de soledad", sabían bien lo que habían hecho (esa es mi sospecha).
Estamos viviendo tiempos de lecturas, pero no de libros. Ojalá la gente leyera libros, y no se contaminara con lo mucho que encontramos en las redes sociales, principalmente.
Vagar por las redes y leer todo lo que publican allí es infectarse, además, es terminar con los ojos torcidos y con el cerebro desajustado. La peor locura que uno hace al andar en las redes, es meterle esfuerzo sobrenatural al leer cosas que no valen la pena, y eso, sin mencionar la chifladura de traducir lo que quiso decir cualquier fulano.
Caminar en las redes sociales, es entrar a un mundo de errores ortográficos y de pensamientos. Afortunadamente, parece que ya pasó la moda de escribir las palabras con k de kilo, como “k tal”, “K ases”…
Pero ni modo, a nosotros nos tocó vivir el tiempo del Internet, donde muchos nos hemos vuelto productores y a la vez, consumidores de textos. Es probable que tenga algo bueno este medio: adquirir la capacidad de escribir, si se tiene la voluntad. Escribir y leer hacen una bisagra que articula nuestras capacidades intelectuales y emocionales, más que físicas. Esto tiene una gran ventaja, pues muchos de nosotros, cuando nos comenzaron a enseñar las primeras letras, no nos enseñaron a escribirlas, sino a dibujarlas, eso disminuyó nuestra capacidad de asimilación.
Lo importante en este caso, es beneficiarnos de la tecnología que nos tocó vivir. Los alfabetizados debemos aprovechar esos espacios, para escribir con entera libertad: libertad de pensamiento y de expresión, aunque se interpongan los chairos con su garrote en mano, pues parece que su encomienda a partir de esta misma semana, es que nadie se manifieste.
Si ya empezaron con el respaldo a la ley garrote para evitar bloqueos a la refinería de Dos Bocas, con mucho mayor facilidad apretaran las tuercas para que dejemos de expresarnos en las redes sociales y otros medios.
Todos los chairos ya lo hacen, pero van a redoblar su esfuerzo para taparte el paso a la expresión, y además, para que dejes de pensar y pierdas la capacidad de distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo.
Una recomendación, cuando se te vengan encima, no los peles, no los leas, sáltatelos, pues de ellos casi no se aprende nada. Mejor busca textos interesantes en internet, que nos pueden ayudar a desarrollar los músculos cerebrales. Eso nos va a permitir en corto tiempo, saber escribir y pensar con soltura. Así pues, debemos aprovechar el tiempo de nuestro tiempo.

Twitter: @horaciocorro
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