Ulises y su sabiduría rancia
La frase
más celebre del general Mac Artur fue una sola palabra: “Volveré”. Y la frase más importante de Ulises Ruiz cuando
se despidió de su sexenio fue: “Nos veremos pronto”.
Se tardó
13 años para aparecer otra vez en escena, y nos dijera a los oaxaqueños que
había descubierto que el quesillo ya no es solo de Oaxaca; que el mezcal ya dejó
de tener la denominación de origen, y que ahora tendremos que pagar 8 pesos por
cada viaje que demos en los camiones destartalados mal llamados urbanos.
Él mismo dijo
que no descubría el hilo negro, pero en realidad, lo acababa de descubrir para
él mismo. Nos vino a decir a los oaxaqueños lo que todos ya sabíamos. Así pues,
nos trajo su sabiduría rancia.
Dijo que
la derrota electoral del PRI fue por las imposiciones, por rechazo al gobierno de
Peña Nieto, por la soberbia del partido, por el desprecio a la militancia, por
las malas prácticas de sus líderes, entre otras cosas.
Todo esto
ya lo sabíamos. Solo que lo expresó frente a periodistas y en un restaurant de
lujo.
Ulises
vino en busca de simpatizantes para que lo hagan fuerte en la posible contienda
para elegir al presidente del Revolucionario Ins.
Sus palabras
las decía como si el descubrimiento de la corrupción en el PRI fuera reciente.
Si
echamos una mirada hacia atrás y a ojo de pájaro, veremos que en el tiempo de
don Porfirio Díaz, los dineros eran manejados estrictamente, casi bajo el
mandamiento de: "no
hurtarás".
Se
afirma que don Porfirio y el porfiriato fueron corruptos porque dieron vigencia
formal al Congreso de la unión con una generosidad en el sueldo, con el halago
en el trato, y así mantuvo durante tres décadas a los diputados y senadores:
sometidos a la voluntad presidencial.
De
don Porfirio, se dice que fue corrupto porque propicio y toleró el culto a la
personalidad del ejecutivo. El culto se rendía diariamente, desde todas las
trincheras y través de una prensa vendida en una dosis masiva de elogios
desbordados.
La
historia y los historiadores en ningún momento dicen que don Porfirio, ni los
porfiristas, se apropiaran de los dineros y de los bienes de la nación. La
revolución de 1910 no fue por las raterías de los funcionarios públicos, sino
por la mentira, el culto a la personalidad, el poder absoluto, y porque canceló
las posibilidades para un entendimiento civilizado.
Sin
embargo, la derrota del Revolucionario Ins, fue lo contrario al tiempo de don
Porfirio. Fue por las raterías que este gobierno permitió, no sólo a nivel
federal, sino a todos los niveles inferiores. La corrupción del sexenio que
casi termina, fue como el salitre, penetró y carcomió todas las entrañas del
poder, sin que nadie les marcara un alto.
La
única salida que tiene el PRI para recuperar el poder, será cuando la gente que
rodee al señor López, demuestre más descaradamente su corrupción, y cuando los
militantes del partido de Ulises, no tengan antecedentes de pudrición. Así que
por este lado, Ruiz Ortiz, si es que busca sanar y recomponer a su partido
político, no debe ni tiene derecho a inscribirse en la contienda interna de ese
partido. El burro no puede criticar las orejas de su compañero de enfrente.
“Nos
veremos pronto”.
Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio corro
horaciocorro@yahoo.com.mx
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