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lunes, 30 de diciembre de 2019

Bronca de dos gobiernos, no de los mexicanos


La verdad, no sé si se pasó, o todo lo que soltó el expresidente de Bolivia, Jorge Quiroga, contra López Obrador, estuvo en su justa medida. Para algunos, cada palabra fue como anillo al dedo, y para otros, fue como dedo al anillo, quién sabe. 
Jorge Quiroga se fue contra el Presidente Obrador. Lo tachó de “bellaco”, “padrino de los tiranos”, “cobarde”, “matoncito”, “arrodillado”, “servil”, “abusivo”, “autoritario”, “contradictorio”, “tirano”, “violador de convenciones de asilo”, “violador de la doctrina Estrada”, “cobijador del narcotráfico”, “cobijador del fraude”, “sinvergüenza”, “ladrón”, “ratero”, “cínico”, “ratoncito”.
Después de esta vergüenza internacional, y de hacerlo quedar en ridículo, uno se dice, ¿pero qué necesidad había de meterse en una bronca que tiene nombre y apellido? El nombre, como todos sabemos, es Evo, y el apellido, Morales. Con este personaje empezó todo este borlote que ha llevado al país a un megaescándalo.
En realidad no había ninguna necesidad de involucrarse en un problema de estas proporciones con Bolivia. Se trata de un asunto de gobierno a gobierno, eso es todo.
El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, reaccionaba ante las humillaciones de Tito Quiroga, al responder en Twitter, donde asegura que los insultos son para México. Fíjense nada más lo que dice este señor: “Ante los adjetivos e insultos a México y su presidente, se impone la unidad nacional…” Al leer este texto, estoy seguro que la reacción de todos fue la misma: quedarse con los ojos bien pelones y la boca abierta.
Durante todo este sexenio, todos los integrantes del gabinete y hasta los chalanes menores, se la han pasado dividiendo al país, y hoy, que se sienten humillados, apocados, y por lo mismo desprotegidos, piden la solidaridad de México.
Supongo que todos nos dimos cuenta, que los insultos fueron para el presidente mexicano López Obrador. La mayoría de las opiniones en las redes sociales, principalmente en Twitter, aseguran que como mexicanos no se sienten ofendidos, y es cierto, porque es un problema de gobierno a gobierno.
Los insultos fueron para él, para López, porque de manera unilateral, sin consultarlo con el Congreso, recibió en México a Evo Morales. Fue una decisión unilateral.
Los analistas dicen que esto no significa un rompimiento diplomático de manera oficial. En unos días más, todo esto quedará olvidado. El caso es que el gobierno legítimo, legítimamente instaurado en Bolivia, que es un gobierno por sucesión, debido a que Evo Morales, abandonó el cargo que ostentaba. Después de eso, se vino a México y lo recibieron con bandas de música, banderitas blancas y cohetes. En cualquier lugar del mundo, si te ausentas de tu trabajo por más de tres días, causas baja automática y te corren. Lo mismo le pasó a Evo: dejó de administrar su país y causó baja.
Por eso el gobierno que está gobernando ahorita en Bolivia, le tocó por sucesión, si no es éste, es este otro, o si no, este otro etcétera, todo fue con base en su Constitución, por eso el gobierno de aquel país es auténtico, legítimo. Que el gobierno de México, por ideología, no lo quiera reconocer, esa es otra bronca.
Pero no dudo que los chairos del presidente, convoquen a los calumniadores, fifis, corruptazos, deshonestos, espurios, camajanes, hampones, mafiosillos, lambiscones, chayoteros, periodistas maiceados, mirones profesionales, gacetilleros vendidos, soplones, ponzoñosos y perversos, a que le echen la mano, a que no dejen solo al presidente.
Ya verán.

Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
horaciocorro@yahoo.com.mx


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