Dicen
los que saben, que la lectura enriquece el lenguaje, alimenta el pensamiento,
fortalece la memoria, estimula la confrontación, permite los caminos del diálogo
y de la comprensión, origina la buena conversación.
Los
libros son una maravilla porque fomentan nuestro asombro, nos asaltan las ideas
y nos provocan la reflexión. Sin una lectura diaria es difícil conseguir frases
que iluminen un instante y estimulen el encuentro.
A
un lector de libros inmediatamente se le identifica, pues su ropaje está lleno
de pensamientos cargados de luz y brillo.
Por
desgracia, la entidad oaxaqueña es hoy víctima de una crisis sin precedente a
lo largo de toda su historia.
El
gobernador del estado Alejandro Murat Hinojosa, nos dijo, nos prometió, que
gobernaría con los hombres más preparados de México, pero hoy nos damos cuenta
que los escogió de acuerdo a la talla de él mismo.
A
Raúl Bolaños Cacho Cué, —bautizado en las redes sociales como “San Martín
Caballero”— lo colocó en una responsabilidad de su gobierno, y luego de unos
meses lo lanza como candidato a Senador, cuando por su corto intelecto, sabemos
que el cargo que busca, le queda demasiado grande.
Tan
pobre es su discurso, que no tiene otra salida más que utilizar el ataque, el endosarle
a terceros su posible derrota. Prefiere disculparse ante su próximo fracaso, al
utilizar en Pinotepa Nacional, un lenguaje por demás lastimero. Solo a él se le
ocurrió decir “Cuando vengan los de Morena, les dicen que se van derechito a la
chingada”. “Aquí están las mujeres que son las más chingonas. Vamos a ganar ¿sí
o no? Les vamos a romper la madre ¿sí o no?”.
Estas
palabras no son más que el aleteo de su diagnóstico. Sus gritos son la afirmación
de su derrota desquiciada. Con esto, está preparando una sociedad para
confrontarse el día de la elección. Eso es grave.
Ahora,
el problema de Oaxaca ya no nada más es su crisis económica y de seguridad, sino
también de sus candidatos.
La
expresión del aspirante a la Senaduría, no es más que la proyección de lo que tiene
en el corazón: la burbuja pestilente que evidencia la presencia del pantano.
Por
desgracia, a este candidato ya no se le puede exigir más, pues ya demostró sus
limitaciones. Su pobreza intelectual no le permite ir más allá de la grosería,
la falta de respeto, la corrientada.
Su
problema es la crisis política de este gobierno, él lo sabe, por eso va de
mentira en mentira y cada día le sube el volumen a su pobre lenguaje. Al final
de su campaña terminará pastoreando fantasmas.
El
desaliento de Bolaños Cacho, no es más que el reflejo de lo que ve: un edificio
gubernamental seriamente dañado por el impacto de la frivolidad. En su
desesperación busca la sobrevivencia. Sus metas optimistas son de corto
alcance, no para el futuro de Oaxaca.
Quienes
verdaderamente han dado testimonio de su perfil solidario, son los oaxaqueños.
Ellos han soportado en actitud resignada, los latigazos del vendaval político.
Ellos han guardado su ira, su rabia ante la falta de gobierno y gobernantes.
Aunque
no lo quieras creer Bolaños Cacho Cué, la sensibilidad política y humana del
oaxaqueño es todavía una veta rica de esperanza, y sobre ésta no podrá
prosperar tu discurso violento, confrontado, áspero, frío y autoritario.
Entonces,
¿por qué quieres atizar fuego de rencor o de revancha contra otros candidatos?
No utilices a la gente como carne de cañón para tu beneficio. Mejor lee,
prepárate, para que conozcas al oaxaqueño.
Twitter:@horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
horaciocorro@yahoo.com.mx
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