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miércoles, 8 de noviembre de 2017


¿Otro amigo del gobernador? ¡Asu!



Duele. En verdad duele ver a Oaxaca que cualquier sujeto le dé de patadas a la entidad. Duele cuando sabemos que quienes lo hacen, se sienten con el derecho de hacerlo, porque los mismos políticos los usaron en su momento para lograr sus fines de partido o de gobierno.

Las contemplaciones y la paciencia con que ha actuado este gobierno hacia esos grupos aparentemente inconformes, pusieron ayer en riesgo la seguridad de la población, su trabajo, su poca tranquilidad, su patrimonio.
Nadie, con un poquito de sentido común es capaz de aprobar los desmanes que las diversas organizaciones dizque nuestras defensoras, destruyen la comunidad y empobrecen aún más a los oaxaqueños que luchan todos los días por sobrevivir.
En Oaxaca parece que nadie respeta a nadie. Los grupos radicales como los de la CTM que bloquearon ayer varias ciudades de la entidad, estuvieron enfocados más en el vandalismo que en la liberación de su líder multiasesino.
Esta organización que durante horas tuvo de rodillas principalmente a la ciudad de Oaxaca, son una vergüenza para los oaxaqueños. A ellos en realidad no les importa Oaxaca, no les interesa la juventud estudiosa ni los trabajadores ni nada. Ayer nos demostraron que están dispuestos a desestabilizar el estado con cualquier grupo delincuencial del país que se les acerque porque no saben reconocer que su líder es un delincuente.
Si le preguntamos a cualquier persona de cualquier municipio de Oaxaca que ayer se vio afectado, expresará su malestar en contra de los manifestantes. Sin embargo, ningún político, ningún representante social salió a dar la cara por el pueblo. Si alguien les preguntó al respecto, seguramente se escudaron con aquello de que es un “derecho”, pero nunca dicen que abusan del mismo.
Oaxaca ha sufrido años por los grupos inconformes que han secuestrado calles, avenidas, parques, jardines, establecimientos comerciales, etcétera, sin importarles nada con tal de poner en caos a sus habitantes.
Y lo peor, el mismo gobierno apoya a ciertos grupos al pagarles religiosamente sus quincenas, y a otros, los partidos políticos apoyan a los manifestantes en sus desmanes.
¿Y qué decir de los promotores de los derechos humanos? Dirán que tienen derecho a inconformarse, a manifestarse, a hacer destrozos, y el ciudadano, el pueblo, debe aguantarse.
La manifestación de las ideas es un derecho de todos, pero la CTM de Oaxaca, camioneros materialistas y taxistas pisotearon nuestra dignidad y nuestros derechos con el consentimiento del mismo gobierno del estado. O tal vez, el gobierno de Alejandro Murat, también ya es rehén de quienes provocaron los bloqueos.
El reglamento de la Ley de Transporte del Estado de Oaxaca dice en su artículo 115v: “Queda prohibido los bloqueos por parte de transportistas. La revocación es automática”.  ¿Entonces? ¿Es o no es rehén este gobierno de los cetemistas?
Oaxaca es de esas entidades raras donde las marchas y manifestaciones se han convertido en botín político, porque aquel que más gritos lancen y más destrozos ocasionen, puede obtener un liderazgo que por las buenas no lo lograría.
Al final de cuentas, todos estos vándalos se seguirán cubriendo el rostro con sus mismos compañeros o con sus ropas para ocultar su cobardía, solo eso, porque ni respeto a los demás, ni dignidad ni amor por Oaxaca lo tienen.

Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
horaciocorro@yahoo.com.mx


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