¿Otro amigo del gobernador? ¡Asu!
Duele. En verdad duele ver a Oaxaca
que cualquier sujeto le dé de patadas a la entidad. Duele cuando sabemos que
quienes lo hacen, se sienten con el derecho de hacerlo, porque los mismos políticos
los usaron en su momento para lograr sus fines de partido o de gobierno.
Las contemplaciones y la paciencia
con que ha actuado este gobierno hacia esos grupos aparentemente inconformes, pusieron
ayer en riesgo la seguridad de la población, su trabajo, su poca tranquilidad,
su patrimonio.
Nadie, con un poquito de sentido
común es capaz de aprobar los desmanes que las diversas organizaciones dizque nuestras
defensoras, destruyen la comunidad y empobrecen aún más a los oaxaqueños que
luchan todos los días por sobrevivir.
En Oaxaca parece que nadie respeta
a nadie. Los grupos radicales como los de la CTM que bloquearon ayer varias
ciudades de la entidad, estuvieron enfocados más en el vandalismo que en la liberación
de su líder multiasesino.
Esta organización que durante horas
tuvo de rodillas principalmente a la ciudad de Oaxaca, son una vergüenza para los
oaxaqueños. A ellos en realidad no les importa Oaxaca, no les interesa la
juventud estudiosa ni los trabajadores ni nada. Ayer nos demostraron que están
dispuestos a desestabilizar el estado con cualquier grupo delincuencial del
país que se les acerque porque no saben reconocer que su líder es un
delincuente.
Si le preguntamos a cualquier
persona de cualquier municipio de Oaxaca que ayer se vio afectado, expresará su
malestar en contra de los manifestantes. Sin embargo, ningún político, ningún
representante social salió a dar la cara por el pueblo. Si alguien les preguntó
al respecto, seguramente se escudaron con aquello de que es un “derecho”, pero
nunca dicen que abusan del mismo.
Oaxaca ha sufrido años por los
grupos inconformes que han secuestrado calles, avenidas, parques, jardines,
establecimientos comerciales, etcétera, sin importarles nada con tal de poner
en caos a sus habitantes.
Y lo peor, el mismo gobierno apoya
a ciertos grupos al pagarles religiosamente sus quincenas, y a otros, los
partidos políticos apoyan a los manifestantes en sus desmanes.
¿Y qué decir de los promotores de
los derechos humanos? Dirán que tienen derecho a inconformarse, a manifestarse,
a hacer destrozos, y el ciudadano, el pueblo, debe aguantarse.
La manifestación de las ideas es un
derecho de todos, pero la CTM de Oaxaca, camioneros materialistas y taxistas pisotearon
nuestra dignidad y nuestros derechos con el consentimiento del mismo gobierno
del estado. O tal vez, el gobierno de Alejandro Murat, también ya es rehén de
quienes provocaron los bloqueos.
El reglamento de la Ley de
Transporte del Estado de Oaxaca dice en su artículo 115v: “Queda prohibido los
bloqueos por parte de transportistas. La revocación es automática”. ¿Entonces? ¿Es o no es rehén este gobierno de
los cetemistas?
Oaxaca es de esas entidades raras
donde las marchas y manifestaciones se han convertido en botín político, porque
aquel que más gritos lancen y más destrozos ocasionen, puede obtener un liderazgo
que por las buenas no lo lograría.
Al final de cuentas, todos estos
vándalos se seguirán cubriendo el rostro con sus mismos compañeros o con sus
ropas para ocultar su cobardía, solo eso, porque ni respeto a los demás, ni dignidad
ni amor por Oaxaca lo tienen.
Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
horaciocorro@yahoo.com.mx
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