Para permanecer en el poder, ejercen la discriminación en Huajuapan
Con tal de permanecer en su responsabilidad, la autoridad municipal de Huajuapan de León, ha aplicado mano dura sobre las personas que no portan cubrebocas en la calle.
Hace días, el gobernador del estado, Alejandro Murat
Hinojosa, exhortó a las autoridades de todos los municipios oaxaqueños, a
evitar concentraciones, ya que, de no acatar esas medidas ante la emergencia
sanitaria, podrían perder su cargo.
Ante ese temor, el Síndico municipal de esa ciudad, David
Crespo de la Concha, ordenó a los elementos policiacos “apretar” las medidas
contra todas aquellas personas que “porten mal o no usan cubrebocas”.
Bajo este mandato, el jueves de la semana pasada, un
grupo de elementos policiacos golpearon y humillaron a dos mujeres: Minerva
Luna Hernández y Noemí Castro Luna ―mamá e hija―, ya que Minerva, la mamá, no
llevaba puesto su tapaboca mientras cobraba la venta de sus productos en el
mercado Cuauhtémoc.
Una mujer policía no les permitió pasar para llegar a la
farmacia ―a 30 metros de distancia―, y comparar un cubrebocas. Sin embargo,
allí fueron detenidas. Enseguida llegó otra mujer policía y entre estas dos,
obligaban a la mamá a ponerse la mascarilla cuando no la tenía. Lo había
olvidado en el lugar donde acababa de almorzar. Luego, llegó un tercer
elemento, masculino, quien comenzó a patear a la hija sólo porque su mamá no
llevaba la tapadera. No conformes con esto, llegó una mujer de vialidad,
quienes entre las tres comenzaron a golpear a Minerva, la mamá.
La gente salió del mercado y se arremolinó en el lugar
para ver el espectáculo, pero también, comenzaron a gritarle a los elementos
policiacos que dejaran a la señora, ya que la habían ensangrentado al ponerle
las esposas, pues éstas le desgarraron la piel de sus muñecas.
Llegó una patulla, y a la hija la golpearon y la echaron
a la camioneta en calidad de bulto para llevarla al cuartel policiaco. Allí,
una mujer la pateaba mientras tres hombres se le echaron encima, a Noemí, para
tocar su cuerpo hasta que les dijera sus generales. Al mismo tiempo que la
golpeaban, la grababan y se reían de ella. Después de eso, la metieron a una
celda insalubre llena de toallas femeninas, donde la mantuvieron esposada
durante más de cuatro horas, bajo la advertencia que regresarían con ella para
darle otra calentada. Le quitaron 3 mil pesos de sus productos que había
vendido en el mercado, una medalla de oro y su celular.
Más tarde llegó el papá a rescatarla mediante un pago de 700
pesos.
La señora Minerva Luna, es hipertensa, lo que provocó que
en el momento que le daban su golpiza las dos mujeres policías más la de
vialidad, les decía que se sentía muy mal, que por favor le dieran una pastilla,
pero el elemento policiaco le decía: si usted se muere ni modo, así son estas
cosas, más vale que se aguante porque tiene que obedecer.
El ayuntamiento municipal que encabeza Juanita Cruz Cruz,
y su síndico procurador, David Crespo de la Concha, con esta acción, demuestra
que en ese municipio se vive la discriminación, el racismo y clasismo de manera cotidiana.
El término “apretar”, me
dijo un elemento policiaco, fueron órdenes directas del Síndico procurador. Y
por esta palabra, los elementos le “apretaron” a estas vendedoras de frutas de
temporada.
Esto es muestra de que
en ese municipio no hay políticas públicas ni acciones para vivir en una
sociedad menos discriminadora.
“No somos iguales” ha
dicho repetidamente López Obrador. En base a estas palabras, seguramente, ambos
funcionarios, ven al pueblo de Huajuapan como de segunda clase, mientras ellos se
distinguen como “güeros”.
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