Las memorias y la de Obrador
Sabemos que las neuronas no tienen
capacidad de reproducirse, pero desde el punto de vista fisiológico, existen
dos formas principales de memoria: la memoria a corto plazo, en la que se
almacenan datos temporales y luego se eliminan. Y la memoria a largo plazo, tiene
una duración más prolongada y puede alcanzar toda la vida del individuo.
Las neuronas no se reproducen, se nace
con un cierto número de ellas. Unos traen más, otros menos, pero cada quien
trae un buen bonche de neuronas en la tatema, y con esa cantidad se muere uno. Pero
neurona que se daña, dañada queda para siempre. Cada neurona que muere, nace un
vacío en la memoria y no existe modo de reemplazarla ni de suplirla.
Seguramente un día no lejano se podrán
aliviar muchos tipos de enfermedades con sólo corregir algo del cerebro humano:
como los casos de demencia, el párkinson, las perturbaciones mentales, etcétera.
Y qué es la memoria. Es la capacidad
de recordar cosas pasadas. Ella tiene la capacidad de retener datos,
información, identificaciones, en fin.
Hay otras memorias que las podemos
comprar hasta por kilos, esto dentro de la informática. En ellas se pueden
almacenar datos como en una computadora. Así que no nada más en los humanos
existe la memoria.
Hay otro tipo de memorias, las USB,
donde podemos almacenar infinidad de datos como música, programas, videos y
libros.
Dicen que los elefantes gozan de una
gran memoria. Hay cuates que presumen tener memoria fotográfica. Con ellas recuerdan
exactamente los rostros o aspectos externos con muchos detalles.
Los niños de antes nos aprendíamos las
tablas de multiplicar de rigurosa memoria. Sin embargo, los mismos maestros que
nos exigían ese sistema, no nos permitían contestarles de memoria, en otras
materias.
Los políticos
cuando andan en campaña para determinado cargo, siempre prometen mucho, pero
cuando llegan a la responsabilidad, justo en esos días, las neuronas donde
estaban almacenadas sus promesas, se les funden y ya no hay manera de
repararlas.
López Obrador
es uno de ellos. Hace días dijo que dentro del plan de recuperación económica
para enfrentar la contingencia del coronavirus se incluye bajar su salario y el
de los altos funcionarios. Ojalá no se le olvide esta promesa.
En su mañanera
de hace días, le pidió a los partidos políticos que de manera voluntaria entreguen
el 50% de las prerrogativas que reciben, o lo que ellos decidan, para enfrentar
la contingencia.
Con esto
último, parece que al presidente se le volvió a fundir la memoria, como casi
todos los días, pues se le olvidó la cantidad de dinero mexicano que ha
regalado a otros países.
También se le
olvidó, que todas las mañanas, él solito se encarga de echarle pleito a todo
mundo, sin embargo, exhortó a una tregua de un mes, para que sus adversarios
“le bajen una rayita”. Pero un día después, volvió a arremeter desde su púlpito
mañanero.
La verdad, me
he preguntado muchas veces si este señor no tiene neuronas o no tiene palabra.
Se me hace que las dos cosas.
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Horacio Corro
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