Oaxaca
ya valió
¿Alguien
sabe el número de asesinatos que ha habido a lo largo de este periodo de
Gobierno? Es difícil saberlo, ya que muchos casos de desaparecidos han quedado como
eso.
Si
no sabemos sobre el número de asesinatos, mucho menos vamos a saber el número
de asaltos que se comenten en la entidad. Muchos de estos casos no son
reportados porque la gente ya dejó de tener confianza en las autoridades. Es
más, muchos opinan que autoridades y delincuentes son la misma persona. De ese
tamaño es el asunto.
Un
asalto, un robo, un levantón, un secuestro, ya no son motivos de noticia ni de
asombro porque es algo habitual. Es más, ni la policía los toma en cuenta.
Lo
que llama la atención son los casos escandalosos, que por lo mismo, han
penetrado en la sociedad. ¿Se acuerdan de ese video donde se observa a
elementos de la policía estatal de Oaxaca saqueando un rancho en Tuxtepec? Eso
fue en octubre del año pasado. Los afectados no quisieron levantar la denuncia
por miedo.
Hoy
en día, en cualquier lugar de la entidad oaxaqueña pueden suceder un sinfín de
robos y asaltos callejeros sin que esto afecte a las estadísticas, porque eso es lo de menos.
Si por
casualidad alguien levanta su denuncia por asalto callejero, o por robo de
vivienda, o de lo que sea, sabemos que nunca habrá detenidos ni responsables ni
nada. Así es este ciclo de nunca acabar. Simplemente el hecho quedará
registrado en los anaqueles de la procuraduría y en la memoria de los afectados
como una simple anécdota que se vivió en tal calle de tal lugar.
En la ciudad de
Oaxaca han sucedido varios asesinatos al tratar de conseguir algo
insignificante. Desafortunadamente, todo esto se está convirtiendo en un asunto
asquerosamente normal. Parece que esa información que vemos todos los días,
principalmente por las redes sociales, la estamos aceptando como algo normal.
Lo peligroso
es que nos estamos acostumbrando a ver lo anormal como normal. Estamos
acercándonos a aceptar lo malo como bueno, y lo bueno como malo. Estamos
perdiendo la capacidad de indignarnos, por eso no encontramos solidaridad entre
nosotros mismos frente a un hecho de violencia.
En la semana pasada
asaltaron a nuestra compañera periodista Diana García. Esto sucedió a dos
cuadras del Zócalo de la ciudad de Oaxaca, entre las calles de Trujano y Las Casas.
Una mujer le
cerró el paso en la banqueta, mientras 6 más, la atacaban por la espalda con
navajas en mano. En unos cuantos segundos le tasajearon su bolsa donde llevaba grabadora,
cartera y tarjetas de banco. Eso sucedió como a las 4:30 de la tarde. Su
celular no se lo quitaron porque lo cargaba en la bolsa del pantalón.
Mientras
avisaba por teléfono lo que le había pasado, 15 minutos después recibió una
notificación de que habían dispuesto de su tarjeta bancaria.
No cabe duda
que caminar por el centro de esta hermosa ciudad, es un verdadero peligro.
Oaxaca se fregó
desde la llegada del Secretario de Seguridad Pública, Raymundo Tuñon. Ahora ni
modo, se trata de un amigo del gobernador quien está al frente de nuestra
seguridad.
Oaxaca no es
la misma de hace 14 meses. Por la inseguridad que se vive dentro de ella, ¡ya
valimos!
Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
horaciocorro@yahoo.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por participar